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La metafísica creo el lenguaje. No el lenguaje a la filosofía

 

El lenguaje tuvo que ser imaginado antes de ser desarrollado, concebido o estructurado. Para que una palabra pueda existir, primero debe haber una entidad, luego una distinción, y sólo entonces esa distinción puede formalizarse en un signo lingüístico. La confusión surge cuando se afirma que “para pensar algo tiene que existir un lenguaje previo”. Ese es un Error Categorial, porque la metafísica no opera en el dominio del lenguaje, sino en el de la estructura mental que hace posible el lenguaje. (El pensamiento es anterior al lenguaje)


EL SOLO HECHO DE PENSAR ES METAFÍSICA, DESPUES SURGE EL LENGUAJE

La metafísica no necesitó del lenguaje porque parte de su misma premisa, con el solo hecho de tener nociones internas y percepciones estás haciendo metafísica. El solo acto de pensar sin expresarte, estás haciendo metafísica (Esa es una de sus naturalezas menos conocidas.). El hecho de  inferir es en sí mismo un acto metafísico, que esta actividad mental ocurra sin lenguaje no deja de ser principio un metafísico, que lo ontológico y lo físico después creen relación lingüística no significa que sean nociones nuevas dentro del campo semántico, pues están inscritas en la inferencia de la metafísica.

Por ejemplo:

El solo hecho de ver pasar una mosca y te llame la atención, empezó un proceso metafísico.  Aun no hay lenguaje solo tu relacionándote con los entes. Antes de cualquier palabra, ya ha ocurrido la filosofía.   Realizaste la operación más básica: Has reconocido la existencia de un ente particular ontológico. No sabes que es, no le has otorgado nombre ni categoría, nada. Una vez que lo haces viene el lenguaje.

 

EL ERROR CATEGORIAL EN LA CAUSALIDAD

El error conceptual es la creencia de que para que algo pueda ser pensado y expresado tiene que haber lenguaje previo. Esto es un Error de Categoria porque la Metafísica no funciona así. La Metafísica OPERA EN EL DOMINIO DE LA CONCEPTUALIZACIÓN Y LA ESTRUCTURA MENTAL, NO EN EL DOMINIO DE LA EXPRESIÓN. El inicio del pensamiento es el inicio de la Metafísica, y esto ocurre sin lenguaje.

 

LA METAFISCIA LA EXCEPCIÓN DEL LENGUAJE

La metafísica es la única rama que puede saltarse el lenguaje que ciertos hermenéuticos toman como unos de los santos griales, porque el solo hecho de que algo llame tu atención, un sonido o una sombra, ya  implica  una delimitación ontológica de relación entre sujeto-objecto. Esto ocurre en un nivel prelingüístico: no necesitas palabras ni lenguaje, ANTES DE LA PALABRA, ESTÁ EL ASOMBRO. ANTES DEL SIGNO, ESTÁ EL ENTE. ANTES DE LA GRAMÁTICA, ESTÁ LA INFERENCIA. Eso es la metafísica en acto: la arquitectura invisible de la mente que piensa el mundo antes de pronunciarlo.

De hecho si somos curiosos podemos encontrar fundamentos en el  Libro I (Alpha) de "Metafísica" de Aristóteles (Metafísica, 982b): "Los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar por el asombro (tháuma) El inicio de la filosofía no es el lenguaje, sino la experiencia del asombro. Antes de nombrar algo, ya ocurre la operación metafísica al reconocer que algo es y preguntarse por ello.

Libro IV (Gamma)  La Metafísica como estudio del "ente en cuanto ente": La metafísica opera con la noción misma de "ente", antes de cualquier clasificación particular.  La metafísica funciona en el nivel ontológico puro, anterior a cualquier gramática o semántica. El lenguaje vendrá después para fijar distinciones, pero la noción de ente ya estaba funcionando.

Metafísica, Libro XII (Lambda) El "Motor Inmóvil" o "Acto Puro" es la descripción de un pensamiento que no necesita lenguaje. "El Pensamiento que piensa el Pensamiento" (Noesis Noeseos): Describe al acto divino de la inteligencia como un pensamiento puro que tiene por objeto a sí mismo. No necesita palabras, ni sensaciones, ni un mundo exterior. Es la metafísica en su estado más puro y autosuficiente. Es la confirmación filosófica suprema de que el pensamiento puede operar en un plano puramente intelectual, sin mediación lingüística. Es la descripción de un pensamiento puro, autosuficiente, sin necesidad de palabras ni mundo exterior.

 

NO PODEMOS CONFUNDIR EL DESCUBRIMIENTO Y LA NOMINACIÓN DE UN FENÓMENO, CON EL INICIO DE SU EXISTENCIA

Otros podrán decir bueno es que la metafísica surge con Aristóteles hace 2 mil 500 años y el lenguaje existe desde hace miles de años, es muy importante no confundir esto, que no estuviera nombrado no significa que no estuviera funcionando, solo que no nos habíamos dado cuenta o no había sido formalizado. Es como decir: "La gravedad surgió con Newton en el siglo XVII. No, la gravedad siempre existió. Newton la describió y la nombró.

No necesitas saber que tienes un sistema respiratorio para respirar. Y respiraste mucho antes de que alguien nombrara el "sistema respiratorio". De la misma manera, la conciencia humana estuvo ejerciendo su función metafísica (creando entes, relaciones e inferencias) mucho antes de que Aristóteles le pusiera nombre y la convirtiera en un objeto de estudio.     

 <<<La metafísica pertenece al pensamiento prelingüístico: es la estructura que permite distinguir, reconocer y relacionar entes. Tanto formales e informales, validas o invalidas.  El lenguaje pertenece al pensamiento lingüístico: formaliza y expresa lo que ya estaba pensado>>>

 

"No todo es relativo en filosofía"

 

La afirmación “TODO ES RELATIVO” es una postura filosófica muy específica, que no representa a toda la filosofía. Ni es una conclusión filosófica general, es una vértice particular filosófica que se conoce como “RELATIVISMO RADICAL” propia de corrientes particulares dentro de la filosofía contemporánea. Ignora o no toma en cuenta niveles ontológicos, epistemológicos, metodológicos y lógicos. E intenta remplazar la formalidad con una simplificación que elimina criterios de verdad, validez y consistencia.



FILOSOFIA RELATIVISTA RADICAL

El Relativismo Radical es una postura filosófica que sostiene que no existen verdades, valores, significados o realidades universales u objetivos. Todo está condicionado y es determinado por factores como la cultura, el lenguaje, el contexto histórico, la perspectiva individual o las estructuras de poder. Esta se relación con hechos institucionales.

HECHO INSTITUCIONAL

Es todo aquello que es de construcción social y acuerdos humanos… El Relativismo Radical comete el error de tratar todos los hechos como si fueran institucionales o construidos, negando la existencia de hechos verificables y reproducibles. Incluso su propia afirmación de que todo es relativo y no hay verdades, es una falacia de petición de principio lógico de lógica informal, se autodestruye (si nada es verdad, tampoco lo es esa afirmación). Una vez que hemos digerido esta postura es menester presentar su oposición.

REALISMO ONTOLÓGICO

El Realismo Ontológico es una postura filosófica que afirma que la realidad existe independientemente de nuestra mente, de nuestras creencias, de nuestros lenguajes o de nuestras teorías. En otras palabras: hay entidades, estructuras y propiedades que existen “ahí afuera”, aunque nadie las piense, interprete o conozca. (Nosotros descubrimos esa realidad, no la inventamos) Por ejemplo El agua hierve a 100 °C a nivel del mar. La Tierra tiene masa y gravedad. 2 +2= 4, si introduces la mano al fuego, te quemas. Esto se le conoce como hechos duros. Como el filósofo John Searle los catalogo.

                                                                       HECHO DURO

Un Hecho Duro (o Hecho Bruto) se resiste a que todo es interpretación, hay cuestiones ontológicas que no son negociables, incluso posturas filosóficas como ontología o lógica no permiten el relativismo. Como ejemplo: 

En ontología, no puedes decir: “eso es relativo”, ya que esta rama te solicita determinar la esencia que se analiza. ¿Existe o no existe? ¿Es material o inmaterial? El estatuto ontológico de una cosa implica una determinación categorial.

En lógica, tampoco puedes apelar al relativismo al someter a praxis la esencia ontológica, ya que surgen preguntas como: ¿Esta proposición es válida o no? ¿Se contradice o no se contradice? La lógica se basa en principios no interpretativos.

Ahora te preguntaras, si existen dos posturas filosóficas ¿por qué parece existe un monopolio de que todo es relativo en filosofía? (casi no se habla del realismo ontológico)

Todo tiene que ver con el filósofo (solo analizaremos desde estas premisas), debemos analizar algunas preguntas que nos ayuden a comprender este fenómeno. ¿HASTA QUÉ PUNTO UN FILÓSOFO BUSCA LA VERDAD, Y HASTA QUÉ PUNTO SOLO BUSCA VALIDAR SU POSTURA? ¿O SOLO ES IGNORANCIA?

La construcción de un argumento filosófico puede formarse por diferentes motivaciones: la búsqueda genuina de la verdad, la defensa de una postura preexistente o incluso la ignorancia sobre el rigor metodológico necesario.

El problema fundamental es distinguir entre una argumentación que se sostiene por su coherencia interna y una que solo intenta reafirmar un punto de vista sin someterlo un filtro de verificación. Existen enfoques filosóficos que operan dentro de marcos cualitativos, como la fenomenología, la hermenéutica o la estética. En estos casos, su validez depende del contexto en el que se desarrollan, pues no buscan establecer proposiciones universales verificables, sino interpretar la experiencia, el lenguaje o la subjetividad. Cuando estos argumentos intentan extender su validez más allá de su propio marco sin un soporte lógico-formal, corren el riesgo de volverse falacias categoriales, es decir, errores metodológicos en los que se confunden tipos de conocimiento que requieren criterios distintos de validación. Si un argumento no resiste un análisis lógico o epistemológico riguroso, puede deberse a distintos factores:

El filósofo podría estar más interesado en validar su postura que en examinar críticamente sus propias premisas. O hacer uso selectivo de la evidencia. Puede ocurrir tambien que el pensador desconozca el rigor lógico necesario para sostener su argumento y no sea consciente de los errores que está cometiendo.

En estos casos, el problema no es la deshonestidad intelectual, sino la falta de formación en lógica o epistemología u ontologia. Otros filósofos quedan atrapados dentro de su marco de referencia sin contrastarlo con otros niveles de análisis. Un argumento válido en un contexto hermenéutico puede no serlo en un contexto lógico-formal, lo que genera conclusiones infundadas si se extrapolan sin la debida justificación. Cayendo en una falacia de transferencia o error de categoria. 

Algunos argumentos filosóficos dependen de términos que no están claramente definidos o que son utilizados de manera ambigua. La falta de precisión conceptual permite que un argumento se sostenga sin ser realmente verificable o refutable. En ocasiones, se acepta un argumento no por su validez lógica, sino porque proviene de una figura de autoridad o porque está respaldado por una tradición filosófica. Esto genera una resistencia a la revisión crítica y una tendencia a repetir postulados sin someterlos a un análisis más profundo. Lo que conlleva a una deshonestidad intelectual, porque incluso pueden percatarse de su error, pero lo omiten para mantener su estatus. Para evitar caer en estos errores, es crucial especificar desde qué cuadro teórico se habla y qué tipo de validez se reclama. Un argumento puede ser válido dentro de un marco cualitativo, pero no resistir un análisis lógico-formal. 

Conclusión

Cuando escuches que un argumento “es relativo”, lo primero que debes verificar es de qué tipo de hecho se está hablando. Si se trata de un hecho duro ontológico, físico, lógico, entonces no puede ser relativo sin caer en contradicción. Pero si se trata de un hecho institucional normas, significados, prácticas sociales, convenciones o marcos interpretativos entonces sí se puede admitir las variables sin olvidar que depende del contexto y cuadro teórico categorial que se está aplicando.

 Adrian Valencia

¿LAS MATEMÁTICAS SON UN DESCUBRIMIENTO O UNA INVENCIÓN HUMANA?

 

“REALISMO MATEMATICO VS LOGICISMO”


Las matemáticas han sido consideradas durante siglos como uno de los lenguajes universales del conocimiento. Pero ¿son una realidad descubierta o una estructura inventada?. En esta ocasion observaremos  dos grandes sistemas filosóficos y sus posturas delante de este fenomeno:

EL REALISMO MATEMÁTICO, sostiene que la esencia matemática existe en un plano abstracto independiente del pensamiento humano y  tiene que ser descubierto.

EL LOGICISMO, afirma que las matemáticas son construcciones derivadas de principios lógicos y metafísicos, por lo tanto, son invenciones formales, no descubrimientos ontológicos.

REALISMO MATEMÁTICO O PLATONISMO MATEMÁTICO

El realismo matemático, también conocido como platonismo matemático, tiene sus raíces en la filosofía de Platón, particularmente en su concepción del mundo inteligible expuesta en diálogos como La República y El Fedón. Según esta visión, existen entidades abstractas, eternas e inmutables, como los números, las figuras geométricas y las proporciones, que no dependen de la experiencia sensible ni de la mente humana. Estas entidades no “existen” en el mismo sentido que los objetos físicos, sino que poseen una existencia ontológica independiente, accesible únicamente a través de la razón. Por lo tanto, para los platonistas, las matemáticas no son una invención humana, sino un descubrimiento racional de esas estructuras eternas que conforman el orden del cosmos. Así como un astrónomo descubre una estrella que siempre estuvo allí, el matemático revela relaciones y principios que existen independientemente de él.  (Las verdades matemáticas no se “crean”, sino que se desvelan, porque su validez no depende de la cultura, del tiempo ni del observador.)

Esta concepción se vincula también con la tradición pitagórica, que afirmaba que los números no eran simples instrumentos de medición, sino principios ontológicos que expresaban la armonía y la estructura del universo. En esta línea, las relaciones matemáticas serían reflejos de la perfección racional del ser, y el trabajo del matemático consistiría en reconocer y describir esas proporciones ocultas que sostienen la realidad.

 

Diferencias ontológicas entre el platonismo y pitagóricos.

Platón:
Los números y figuras geométricas no son cosas materiales ni propiedades de los objetos del mundo sensible, sino ideas o entidades inteligibles que existen en un plano superior (el mundo de las Ideas). Los números son realidades inteligibles, no físicas; no están “en” las cosas, sino en un nivel de existencia independiente.

Pitagóricos:
Los números son la esencia de las cosas mismas. Es decir, los números no solo explican la realidad: es la realidad. Todo lo que existe puede reducirse a proporciones numéricas (por ejemplo, la música, el movimiento de los astros o las formas geométricas).  Los números son sustancias ontológicas, no meras abstracciones.

Diferencia epistemológica (cómo se conocen esas entidades).

Platón:
Para Platón, el conocimiento matemático se alcanza a través de la razón pura, mediante la dialéctica y la abstracción intelectual. Las matemáticas sirven como una vía intermedia entre la percepción sensible y la comprensión del mundo de las Ideas.

Pitagóricos:
El conocimiento numérico se obtenía mediante la observación empírica ontologica de los entes  presentes en la naturaleza o universo.

El realismo matemático no considera a los números como invenciones humanas, sino como realidades ontológicas que se revelan a través de la razón o la armonía. En Platón, el número es idea; en Pitágoras, es sustancia. En ambas posturas, las matemáticas son una forma de contemplación del ser.  

EL LOGICISMO

Surge después como antítesis (claro no como algo directo si no los fundamentos se puede encontrar en esos apartados) , aquí tenemos a fregué padre de la lógica matemática. Donde postula que Las matemáticas son lógica formalizada, derivadas de la interpretación metafísica de la realidad. Esto lo podemos ver en su obra. Los fundamentos de la aritmética, donde desarrolló un sistema para derivar los números naturales a partir de conceptos lógicos. Igual tenemos a Bertrand Russell y Alfred North Whitehead: En su monumental obra Principia Mathematica, donde dice que toda la matemática puede derivarse de principios lógicos utilizando un sistema formalizado. Las verdades matemáticas no se descubren, sino que se crean mediante principios metafísicos y logicos.

LAS MATEMÁTICAS SON A POSTERIORI A LA LÓGICA ESTA ÚLTIMA A PRIORI A LA METAFÍSICA: Porque primero es la inferencia metafísica que genera la hipótesis. Después viene la lógica y observa la valides. Aquí ya tenemos el argumento definido. Hay argumentos que son muy extensos, entonces se representa con símbolos (números entre otros) Por ejemplo al describir el infinito, en vez de describirlo en una hoja lo reduces en un axioma, si tú le pides a dos personas describan el infinito, lo van a describir según su concepción, pero en sí saben que es. Sin embargo, las matemáticas ofrecen una forma de formalizar y simplificar esas ideas a través de símbolos. En lugar de escribir una descripción extensa y detallada del infinito, se puede representar mediante un símbolo o un axioma, que encapsula la idea de manera compacta y formal. De este modo, los números y otros símbolos matemáticos se convierten en reducciones lógicas, formas concisas de expresar y manipular conceptos que han surgido de inferencias metafísicas y han sido validadas lógicamente. POR LO TANTO, LOS NÚMEROS SON UNA INVENCIÓN HUMANA.

Conclusión.

En última instancia, la interpretación de las matemáticas como descubrimiento o invención depende del ángulo desde el cual se observe el fenómeno, y de la postura ontológica y epistemológica que estemos predispuestos a aceptar como válida o inválida. El realismo matemático contempla las matemáticas como revelación de un orden eterno que descubrimos; el logicismo las concibe como una construcción formal derivada de principios lógicos y metafísicos que creamos.

 Adrian Valencia.

 


¿Cómo la filosofía hizo posible la informática y tecnología a través de la lógica?

Cómo la filosofía hizo posible la tecnología

Cómo la filosofía hizo posible la tecnología

La lógica fundamenta la informática y tecnología al proporcionar el marco conceptual y el lenguaje formal necesario para el diseño de las computadoras. Cada avance en la lógica, desde Aristóteles hasta Turing, construyó una capa de abstracción que finalmente se materializó en la tecnología que conocemos.

Ilustración que conecta conceptos de la lógica filosófica con la computación moderna.

DE LA FILOSOFÍA A LA COMPUTACIÓN ABSTRACTA

La transición de la lógica como campo filosófico a la base de la tecnología se dio en varias etapas clave:

Lógica Clásica y el Razonamiento Formal: Todo comenzó con la formalización del pensamiento. Aristóteles estableció el silogismo, una estructura de razonamiento que permite deducir conclusiones a partir de premisas metafísicas. Aunque no estaba ligado a la tecnología, este concepto de pensamiento estructurado sentó las bases para el desarrollo de sistemas lógicos formales.

Boole y la Digitalización del Pensamiento: El salto crucial lo dio George Boole al reducir la lógica a un sistema matemático simple, el álgebra booleana, utilizando solo dos valores: verdadero (1) y falso (0). Su trabajo demostró que el razonamiento se podía manipular con reglas matemáticas. Este sistema abstracto se convirtió en el plano conceptual para los circuitos electrónicos, donde "encendido" representa el 1 y "apagado" representa el 0.

Frege y la Lógica de Predicados: Gottlob Frege (Padre de la lógica matemática) amplió la lógica con un sistema más potente, la lógica de predicados, que permitió expresar relaciones y propiedades, no solo proposiciones simples. Esto proporcionó un lenguaje formal más rico para el razonamiento que se convirtió en la base de la lógica de primer orden, fundamental en la informática teórica y la inteligencia artificial (tecnología). Claro, luego después Hilbert y Ackermann con su lógica teoríca culminan la lógica de primer orden y cálculos de predicados. No podemos dejar a un lado a Gödel con sus teoremas de incompletitud, mostrando los límites de esos sistemas axiomáticos de lógica de primer orden y cálculos de predicados tanto los límites del silogismo.

Turing y el Fundamento de la Computación Universal: El concepto más importante para la informática moderna vino de Alan Turing. Su Máquina de Turing no era un artefacto físico, sino un modelo lógico-abstracto que demostró que una máquina simple podía simular cualquier proceso de cálculo. Este concepto de computación universal es el pilar de toda la informática: cualquier computadora, teléfono o tablet es, en esencia, una "Máquina de Turing universal" capaz de ejecutar cualquier programa.

LA MATERIALIZACIÓN DE LA LÓGICA EN LA TECNOLOGÍA

Ingenieros como von Neumann, Shannon y otros, toman estas bases lógico-matemáticas y construyen máquinas electrónicas que materializan lo que Turing y Boole plantearon en abstracto.

Shannon y los Circuitos Digitales: Claude Shannon demostró que el álgebra booleana de Boole podía implementarse con circuitos de relés. Esto significó que los principios lógicos abstractos podían materializarse en hardware, creando los circuitos digitales que son la base de todas las computadoras.

Von Neumann y la Arquitectura de la Computadora: John von Neumann tomó los principios de Turing y otros y diseñó la arquitectura de von Neumann, que separa la memoria de las instrucciones y la memoria de los datos. Este diseño, todavía vigente, fue el plan para construir las primeras computadoras programables, haciendo posible que una máquina ejecutara el modelo de computación universal de Turing.

Una vez conociendo estos precedentes históricos, podemos apreciar los niveles filosóficos que hicieron posible la formalización de lo adstrato.

a)    Nivel ontológico: la lógica como estructura del pensamiento.

b)    Nivel epistemológico: la formalización matemática de la lógica.

c)     Nivel metodológico: la abstracción computacional (máquinas de Turing).

d)    Nivel técnico: la materialización en hardware y software.

Así evitamos confundir lo que es filosofía y lo que es técnica derivada. Desconocer este Genesis nos ha llevado a tener premisas de que “la filosofía es inútil" (porque no construye chips) o "las computadoras”. (No podemos culpar a los particulares por ignorar este trasfondo: el sistema educativo privilegia la técnica derivada y no aquello que la fundamenta y hace posible) La lógica no solo proporcionó las ideas y el método, sino el lenguaje, cuadros teóricos que permitieron a las máquinas "razonar" y procesar información, transformando conceptos abstractos en la tecnología que define nuestra era.

Adrián Valencia

¡FILOSOFIA APLICADA! ¿TRIBUTO A LA IGNORANCIA FILOSOFICA?

 

La filosofía aplicada es un error de categoría, parte de una confusión ontológica y epistemológica: trata a la filosofía como si fuera una herramienta técnica, cuando en realidad es una disciplina generadora, estructural, fundacional.  La filosofía no se aplica, porque es la que articula los marcos ontológicos, lógicos, epistemológicos, metodológicos, que hacen posible cualquier aplicación filosófica y científica.


Ya tenemos un sistema filosófico que fundamenta leyes científicas y la ciencia:

METAFÍSICA (Qué existe y generadora de hipótesis)

ONTOLOGÍA (¿Qué tipo de ser es? Químico, líquido, sólido, por mencionar unos)

LÓGICA (Si es coherente, si hay universales, reproducibles sin variables.)

EPISTEMOLOGÍA (Determina que tipo de saber es, si es empírico, lógico, experiencial, etc. Después escoge la metodología más acorde a la naturaleza del fenómeno para posteriormente hacer la praxis.)

METODOLOGÍA (Diseña el plan de investigación y determina cómo se va a llevar a cabo el estudio y establece sus enfoques) Una vez que se aplica la praxis, surge una ley científica en caso de que los resultados sean positivos.

Como ejemplo didáctico de cómo funciona este sistema:

La Ley de la caída de los cuerpos en el vacío (Galileo Galilei). (Curiosamente, fue de los precursores de la comprobación científica, pues antes Descartes decía que con un buen argumento bastaba, pero Galileo Galilei con Beicon cambiaron este paradigma)

Tenemos el fenómeno de la caída de los cuerpos al vacío:

Metafísica(Surgen las hipótesis que intentan explicar él, ¿por qué? (este tipo de metafísica es la generativa, no la tradicional que se suele confundir) Existe el cuerpo material y existe el vacío como ausencia de resistencia. Surgen varios axiomas que intentan explicarlo.

Ontología (¿Qué tipo de ente es?) Definición ontológica: El cuerpo es un objeto físico sujeto a fuerzas naturales. El vacío es una condición física donde no hay partículas de aire ni otras sustancias que alteren el movimiento.

Lógica (¿Es coherente lo que se afirma?) Evaluación lógica: Si todos los cuerpos están bajo la misma fuerza (gravedad) y no hay resistencia (vacío), deberían comportarse de manera uniforme. No es coherente que dos cuerpos en el mismo entorno caigan de formas diferentes si la única variable relevante (resistencia) se elimina.

Epistemología (¿Cómo se conoce?) Medios de conocimiento: Observación de cuerpos en caída libre. Creación de condiciones de vacío (hoy en día en cámaras de vacío). Cronometría precisa de los tiempos de caída.

Metodología (¿Cómo se investiga?) Método aplicado: Experimentos controlados en torres de vacío o en tubos de vacío. Dejar caer simultáneamente dos objetos de diferentes masas y registrar sus tiempos de caída. Medir múltiples veces para comprobar repetibilidad.
Teoría, Cuadros Teóricos y Tesis (Desarrollo y Comprobación) Teoría: En ausencia de resistencia del aire, todos los cuerpos caen con la misma aceleración. Cuadro teórico: Bases de la mecánica clásica (inicio de la dinámica de Newton también). Tesis comprobada: Todos los cuerpos, independientemente de su masa, caen a la misma velocidad en el vacío. Aceleración constante: 9.8 m/s² cerca de la superficie de la Tierra.

Este ejemplo reúne los requisitos: Puedes medir distancia, tiempo, velocidad, aceleración. Puedes repetir el experimento millones de veces y siempre obtendrás el mismo resultado. No depende de opiniones o interpretaciones, sino de fenómenos físicos. AQUÍ YA TIENES UNA LEY CIENTÍFICA. (No es que no existiera ya un sistema robusto de validación, sino que no somos capaces de identificarlo. Porque la filosofía no se enseña con esta formalidad pedagógica y menos las conexiones entre ellas, sobre todo como se van uniendo, lo que complica poderlas comprender de manera ordenada.)

Si ya tenemos una metodología eficaz, ¿por qué te inventas un sistema deficiente? Con sesgos parciales, saltándose estructuras fuertes. Lo que debieron hacer es especificar cómo se entrelazan y en qué momento de la construcción científica interviene cada uno. Y enseñar que el sistema científico realmente es un sistema filosófico. En vez de eso, este tiene vacíos, porque solo es útil en humanidades, sociales o ramas indeterminadas, porque si tú intentas aplicar esto en biología, química, no podrías. Quedas expuesto y ahora te determinan que realmente no eres tan aplicable y estás limitado.

NO NECESITAMOS "FILOSOFÍA APLICADA" (fracasa en la universalidad científica y filosófica). LO QUE NECESITAMOS ES ENSEÑAR FILOSOFÍA CORRECTAMENTE.

Autor, Adrian Valencia.

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“Viajes astrales” ¿Mito esotérico o problema filosófico real? Una reflexión onto-metafísica filosófica.

 

Esta introspección aborda el fenómeno conocido como ‘viaje astral’, entendido como la separación de la conciencia respecto del cuerpo físico. Lejos de reducirlo a una creencia sin fundamento, exploraremos cómo puede ser abordado desde las categorías ontológicas y metafísicas.


Esta introspección aborda el fenómeno conocido como ‘viaje astral’, entendido como la separación de la conciencia respecto del cuerpo físico. Lejos de reducirlo a una creencia sin fundamento, exploraremos cómo puede ser abordado desde las categorías ontológicas y metafísicas.

El fenómeno de los viajes astrales puede plantearse desde dos pilares fundamentales de la filosofía: La metafísica y la ontología.
La metafísica se encarga de estudiar la naturaleza del ser, mientras que la ontología se ocupa del ente, es decir, de lo que “es” en su manifestación material.

El concepto de un viaje astral genera unas interrogantesLa idea de que la conciencia pueda separarse del cuerpo físico, plantea un problema ontológico, ya que involucra al cuerpo como ente verificable (lo material), pero también metafísico, porque implica la existencia de un alma o conciencia inmaterial(el ser) cuya naturaleza escapa a lo empíricamente comprobable.

En este sentido, el viaje astral se ubica en la intersección entre el ente (cuerpo) y el ser (conciencia), lo que lo convierte en una cuestión filosófica legítima, no en una simple especulación esotérica.

Lejos de ser un caso de filosofismo, es decir, una PSEUDO-PREGUNTA sin contenido filosófico real, la interrogante sobre los viajes astrales apela directamente a dos categorías fundamentales del pensamiento: La ontología, al interrogarse sobre la naturaleza del cuerpo como ente verificable, y la metafísica, al preguntarse por la posibilidad de una conciencia que trascienda el cuerpo físico, es decir, por la existencia del ser en su dimensión inmaterial.

EL PROBLEMA FUNDAMENTAL RADICA EN QUE, SI BIEN EL ENTE CORPORAL ES VERIFICABLE EMPÍRICAMENTE, LA EXISTENCIA DEL VIAJE ASTRAL COMO FENÓMENO OBJETIVO NO LO ES. Esta imposibilidad de comprobación ha llevado a muchos a relegar la cuestión al perímetro de la experiencia subjetiva, más que al de una realidad ontológicamente constatable. Sin embargo, la posibilidad misma del viaje astral pertenece a la esfera de la metafísica, del mismo modo que lo hacen nociones como el alma o la existencia de Dios: SU VALOR FILOSÓFICO NO RESIDE EN SU VERIFICABILIDAD EMPÍRICA, SINO EN QUE PLANTEAN INTERROGANTES SOBRE LAS CONDICIONES DE POSIBILIDAD DEL SER.

Alejado de ser un simple producto de la especulación esotérica, se trata de una pregunta metafísica legítima, en la medida en que se reflexiona sobre la relación entre lo material y lo inmaterial. EL CUERPO PERTENECE AL ÁMBITO DE LA ONTOLOGÍA: Constituye un ente físicamente verificable, está sujeto a las categorías del espacio, tiempo y causalidad.

EL ALMA, EN CAMBIO, SE INSCRIBE DENTRO DE LA METAFÍSICA: Ya que su existencia no puede ser constatada empíricamente, pero plantea una interrogación válida y profunda sobre la estructura última de la realidad.
Ambos “CUERPO Y ALMA” remiten a distintos planos del ser, y por ello, toda reflexión que los vincule, como ocurre con la hipótesis del viaje astral, requiere necesariamente una mirada onto-metafísica, que contemple tanto lo material como lo inmaterial.

UNA VEZ DEFINIDO ESTO, EXISTEN CIERTAS INTERROGANTES.

Si la conciencia pudiera separarse del cuerpo en un viaje astral, significaría que el “yo” o la sustancia pensante tiene una existencia independiente, lo que tocaría temas como:

Si la conciencia se separa del cuerpo. ¿El “yo” se identifica con la mente, con el alma o con una síntesis entre ambos?

¿Puede la conciencia existir sin el cuerpo?

¿La conciencia extracorporal implica inmortalidad del alma?

¿Si la conciencia sobrevive sin el cuerpo, entonces podría sobrevivir también a la muerte?

¿Cuánto tiempo puede estar la conciencia fuera del cuerpo sin existir consecuencias en él?

¿La conciencia fuera del cuerpo percibe el tiempo de la misma manera?

 Estas podrían ser unas interrogantes (No necesariamente son todas las preguntas, pero de forma provisional serían una apertura)   

LO INTERESANTE DE ESTA PREGUNTA FILOSÓFICA ES QUE SE TENDRÍA QUE GENERAR UNA TERCERA CATEGORÍA, ANTE LOS DEBATES CLÁSICOS FILOSÓFICOS ENTRE CUERPO Y MENTE.

Como ejemplo, y tradicionalmente, Descartes propuso una dualidad en la que la res extensa (el cuerpo) y la res cogitans (la mente o conciencia) se presentan como dos sustancias distintas, pero complementarias. Sin embargo, la hipótesis del viaje astral sugiere que la conciencia podría, en cierto sentido, desprenderse y desplazarse independientemente del cuerpo físico, lo que va más allá de la mera separación cartesiana.

Se podría proponer una conciencia Extra-Corporal que va más allá del dualismo cartesiano. Donde están intrínsecamente vinculados, aunque sean sustancias distintas. El viaje astral plantea la posibilidad de una movilidad de la conciencia que trasciende esta conexión, sugiriendo que el “yo” o la sustancia pensante puede existir en un ámbito que no depende de la presencia física.

Esta dimensión Intermedia O tercera categoría: Implica que existe un nivel de realidad en el cual la experiencia subjetiva no se reduce simplemente a la función cerebral. En este sentido, podríamos hablar de una conciencia extracorporal que opera en un plano que trasciende el dualismo clásico. Si la conciencia puede existir sin el cuerpo, se reconfigura la idea de identidad personal. El “yo” se entendería no solo como un producto de la actividad cerebral, sino como una entidad capaz de operar en una dimensión que trasciende lo físico.

Es importante definir que el fenómeno del viaje astral se aborda únicamente desde la perspectiva ontológica y metafísica, sin apoyarse en la lógica formal ni en la ciencia empírica, dado que estos marcos teóricos son incompatibles por sus distintas naturalezas. No obstante, ello no invalida que se trate de una pregunta genuinamente filosófica y de un problema real dentro del ámbito del pensamiento filosófico.

 Adrián Valencia


El error de los conductistas es confundir un patrón empírico con un universal filosófico y científico.

(BAUM, RIBES, ROCA Y HAYE) Sostienen que su disciplina ha identificado universales del comportamiento, basándose en principios como el análisis funcional, la conducta gobernada por reglas o la equivalencia de estímulos. Sin embargo, esta afirmación comete un error epistemológico fundamental: confundir patrones empíricos replicables con verdaderos universales.

Ilustración conceptual de una cabeza humana con engranajes y gráficos de datos, representando el pensamiento y el conductismo

Representación visual de la mente humana frente al análisis conductista, explorando los límites de esta teoría psicológica.

Los “universales” del conductismo no son más que patrones que pueden repetirse con frecuencia, pero cuyo cumplimiento depende de múltiples variables: el organismo, el contexto, el entorno, el estado fisiológico y hasta el historial de reforzamiento previo.

Como ejemplo:

La denominada ley de latencia describe el tiempo que transcurre entre la presentación de un estímulo y la respuesta del organismo. Ningún ser vivo está exento de mostrar una latencia, lo cual parece sugerir un principio general. Sin embargo, lo decisivo no es la mera presencia de latencia, sino su predicción exacta y constante.

El problema es que el conductismo no puede establecer una fórmula universal que prediga sin error el tiempo preciso de respuesta. Un mismo estímulo puede provocar una reacción en tres, siete o diez minutos, dependiendo del organismo, del contexto o incluso del estado fisiológico. Esta variabilidad muestra que no existe una constante invariable, sino una distribución empírica de casos.

Por tanto, lo que se presenta como “ley universal” no es más que un patrón replicable: útil para describir regularidades observables, pero incapaz de alcanzar el rango de universal científico. Llamar ley a esta regularidad es cometer un error categorial, al confundir una tendencia empírica con un universal estricto como los que encontramos en física o química.



¿QUÉ ES UN UNIVERSAL, ENTONCES?

“UNIVERSAL FILOSÓFICO VS UNIVERSAL CIENTÍFICO”

UN UNIVERSAL EN FILOSOFÍA EN EL ÁMBITO ONTOLÓGICO, no depende de la observación, sino de la estructura del ser. En ontología, el universal no es una regularidad empírica, sino una condición de existencia. Por ejemplo, tomamos una roca en nuestras manos, ¿existe o no existe? No hay tercera posibilidad. Esta dicotomía no depende del observador ni del contexto, sino de la infraestructura del ser que se estudia en su momento. Por lo tanto, hay universales en filosofía también.

UN UNIVERSAL EN LA CIENCIA, son principios que son independientes de lo particular, no dependen de un sujeto ni de un contexto local. En la ciencia se le conoce como leyes universales. Se usa específicamente para magnitudes físicas que no cambian, mientras que la ley científica describe relaciones reproducibles y verificables.

Ejemplos:

EN QUÍMICA, la reacción entre ácido clorhídrico (HCl) y sodio (Na) siempre produce cloruro de sodio (NaCl) y gas hidrógeno (H
). Esto se cumple de forma idéntica en cualquier lugar del mundo, en cualquier época, sin importar el contexto.

EN FÍSICA, la velocidad de la luz en el vacío es exactamente 299,792,458 metros por segundo. Este valor no cambia si el experimento se hace en París o en el desierto del Sahara, hoy o dentro de mil años, mientras las condiciones sean equivalentes (vacío absoluto).

Estos son universales, filosóficos o científicos: su validez no depende del sujeto, del entorno ni de variables incontrolables. Son constantes.

EL ERROR CONDUCTISTA.

"CONFUNDIR REPLICABILIDAD CON UNIVERSALIDAD"

Que algo se repita muchas veces no lo convierte en universal. Lo universal es aquello que se verifica siempre, sin excepción, sin necesidad de condicionar su aparición a factores contextuales. Por eso, afirmar que principios como la ley de latencia, la conducta gobernada por reglas o la equivalencia funcional de estímulos son “universales” es una falacia de categoría. Lo que el conductismo ha identificado son patrones empíricos útiles y observables, pero no universales, científicos. Para elevarse al rango de universal, una ley debe cumplir con el principio de verificación sin variable: es decir, debe poder comprobarse en cualquier condición, con resultados constantes y sin desviaciones. Si no es así, no es una ley universal. Es solo un patrón de comportamiento condicionado... 

Una vez expuestos estos puntos, podemos percibir que las propuestas del conductismo evidencian que sus supuestas “leyes universales” no alcanzan la categoría de universales filosóficos ni científicos, sino que constituyen patrones empíricos condicionados. Estos dependen de múltiples variables y no se verifican de manera constante e invariable, por lo que su generalización como leyes universales es una falacia de categoría. Los verdaderos universales, ya sean ontológicos o científicos, poseen independencia de contextos, sujetos o circunstancias, y se mantienen constantes bajo cualquier condición. Por tanto, el aporte del conductismo es útil para identificar tendencias observables, pero no puede sostenerse como base de leyes universales, limitándose a describir regularidades replicables dentro de ciertos marcos empíricos.

 

Adrian Valencia.

LAS “DERECHAS E IZQUIERDAS” ¿YA NO RESPONDEN A ESTE TIEMPO?


 

Por Luis Enrique Albizuri — Filósofo.

La tradicional dicotomía “derecha e izquierda”, que tanto se ha usado durante los dos siglos pasados para entender el mundo, ya no sirve para comprender la situación política mundial. En primer lugar, debemos tomar en cuenta que se trata de términos que surgieron durante un momento específico de la historia, cuando la aristocracia europea perdió el poder que tenían por sobre los nobles y la burguesía emergente enriquecida con la Era Industrial.

EL CONTEXTO

Todo fenómeno humano siempre debe estar encuadrado dentro de un contexto (una situación conjunta geográfica, social, económica, política, científica y religiosa) que es lo que la explica. No es lo mismo juzgar al ser humano nómada, de apenas unos cuantos cientos o miles, que a una población sedentaria de ocho mil millones. Lo que puede haber funcionado para entender a los primeros ya no tiene sentido para hablar de los segundos. Hoy el contexto no es el de la confrontación entre los dueños de las empresas fabricantes de productos versus los obreros y empleados como lo fuera durante los siglos XIX y XX. El poder económico (y, por ende, el político) se concentra actualmente en el capital financiero, ese que se encuentra en las pantallas de las computadoras de los principales centros de negocios.

Hoy, quienes son dueños de las mayores riquezas jamás antes vistas, no son personas que producen o fabrican, sino quienes compran y venden corporaciones dedicadas a toda clase de cosas que son las que surten al mercado mundial. El dinero es el que crea dinero, y, a más dinero concentrado, más poder e influencia en la sociedad. Esto ha cambiado por completo el equilibrio de fuerzas en las diversas naciones donde el estamento laboral, los trabajadores, han perdido toda importancia en el proceso, convirtiéndose en una simple mano de obra barata anónima e individual, a diferencia de lo que sucedía en los tiempos de las huelgas y paralizaciones a manos de los sindicatos.

LAS DERECHAS E IZQUIERDAS

Por ello mismo, en la política contemporánea han perdido todo significado las denominaciones “derecha e izquierda” puesto que estas reflejaban una realidad que hoy ya no se ve en ninguna parte. Originalmente, la derecha representaba al empresario que ponía una fábrica mediante una determinada inversión con el objetivo de incrementarlo y obtener riqueza. Eso daba como consecuencia la contratación de miles de trabajadores que obtenían, a cambio de sus esfuerzos, un salario suficiente como para alimentarse y regresar siempre a sus ocupaciones diarias. Esta dicotomía ocasionaba por lo regular un enfrentamiento de intereses, formándose dos bandos: los dueños de las empresas y los trabajadores, cada uno representado en el gobierno por partidos políticos denominados como derecha para los primeros e izquierda para los segundos.

LAS REVOLUCIONES

Esta pugna social produjo también nuevas propuestas políticas que planteaban alternativas distintas como las socialistas, comunitarias o estatales que buscaban equilibrar la balanza de los beneficios del comercio mundial, creándose movimientos que llegaban hasta alterar la composición interna de los estados, como el caso de la Revolución Rusa o la China. Sin embargo, estas opciones en su mayoría no renegaban del capitalismo o industrialismo, sino que únicamente procuraban otra forma de dirección y repartición de las ganancias que este producía. Después de varios intentos y numerosos enfrentamientos a todo nivel, ese impulso se ha visto muy reducido y en Occidente prácticamente ha desaparecido. El punto de vista individualista o anti colectivista es lo que prima ahora en esta batalla y hay un consenso en cuanto a que los intereses del individuo se hallan por encima de los de la comunidad.

LA CONFRONTACIÓN ACTUAL

A pesar de esta situación, aún perdura el conflicto interno sobre cuál debe ser el rumbo que la sociedad de mercado y el capitalismo deben seguir. En Occidente predomina la visión dialéctica de la vida, que significa que toda discrepancia entre dos posturas debe ser resuelta mediante el triunfo de una sobre la otra (cuál es la mejor). Sin embargo, en Oriente se entiende esto como la armonía de los opuestos (el yin y el yang), donde el resultado no es la eliminación de uno de los miembros (la guerra) sino la unión de ambos en una nueva forma de hacer las cosas.

Si observamos la geopolítica actual, que es lo que está definiendo al planeta, tenemos esas dos visiones enfrentadas respecto a cuál debe prevalecer en el control del mercado. Occidente piensa que debe haber una confrontación bélica para “definir” quién debe ser el que ejerza la hegemonía, mientras que Asia (liderada por China) propone que el mercado puede desenvolverse con efectividad sin necesidad de que exista una fuerza dominante que imponga las reglas según su criterio.

LA DIVISIÓN ACTUAL

No habiendo entonces ya los “patrones” que eran dueños de las fábricas ni los “obreros” que reclamaban mejoras (porque todo esto ha sido absorbido por el mismo mercado y por la sociedad de consumo), lo que se da ahora son: los que piensan que el modelo capitalista a seguir es el “dirigismo” o la orientación del mercado mediante una planificación específica (reflejado esto en propuestas como la Agenda 2030 y muchas otras) versus aquellos que quieren que este siga siendo “espontáneo”, donde nadie instituya otras reglas que las que deciden la oferta y la demanda (que es lo que sostienen los llamados conservadores o tradicionalistas).

Dicho de otro modo, el conflicto es entre los progresistas (entendiendo el progreso como los cambios necesarios que se deben hacer al capitalismo para que este siga funcionando correctamente) y los conservadores o soberanistas (que se refugian en la protección la soberanía de las naciones como trincheras para defenderse de quienes intentan hacer las modificaciones). Ambos son, obviamente, capitalistas al cien por ciento, pero no se ponen de acuerdo en cuál debería ser el rumbo que este sistema debe adoptar.

LAS POTENCIAS EN CONFLICTO

Los países que propugnan el progresismo (gobernados en su mayoría por partidos socialistas o, dicho de otro modo, capitalistas populistas) son los europeos, a los que se suman otros como Japón, Israel y Australia (el entorno anglosajón), mientras que los que están en el lado conservador son China, Rusia, India, y muchos otros (especialmente los que pertenecen a los BRICS). El caso de EE. UU. es especial, pues su Estado Profundo (Deep State) es progresista, pero tiene en la presidencia a un conservador (Trump) con una posición sumamente débil ante este. En cuanto a los países latinoamericanos, los que se inclinan por el modelo conservador soberanista son los más cercanos a China y Rusia como Cuba, Venezuela y Nicaragua, mientras que el resto (con un Brasil incierto) apuestan por el progresismo. Las NNUU están dominadas por la línea progresista.

EN EL PERÚ

Países como el Perú aún no se adecúan al entorno contemporáneo y su política interna permanece todavía anclada al siglo XX donde quedan los rezagos de la Guerra Fría, de ahí que mantengan el esquema mental “derecha izquierda” aunque, en la práctica, ninguno de sus partidos profesa ya dichas ideologías. La población en general (salvo los que pasan de los 70 años) no le da importancia a dicha clasificación y opta por el pragmatismo puro de evaluarlo todo según la conveniencia, donde el beneficio y la rentabilidad es la forma de medir las cosas. En cambio, su clase alta navega en la indecisión de continuar con su lealtad a un EE. UU. (progresista) como forma de consolidar su poder interno y las necesarias inversiones que, en los hechos, solo las hace el capital chino (conservador). Eso hace que su política exterior y sus planes de expansión carezcan de coherencia y futuro. De modo que en el Perú se vive en un eterno compás de espera para ver cómo se desenvuelve el panorama internacional para, según eso, ver cómo acomodarse.

Conclusión.

Aunque se proclaman antagónicos, muchos partidos de “izquierda” y “derecha” terminan respaldando, en la práctica, un mismo modelo económico: capitalismo financiero, apertura de mercados y políticas pro-inversión. ¿Se trata de una convergencia ideológica inevitable o de una pérdida de coherencia doctrinal? Este fenómeno cuestiona las categorías políticas tradicionales y exige un examen profundo de sus causas y consecuencias.

¿Qué es un genio realmente? Desde la filosofía


Hoy en día, el concepto de genio ha sido distorsionado y reducido a parámetros meramente académicos o técnicos. Se califica como genio a quien obtiene calificaciones sobresalientes, acumula títulos universitarios o alcanza logros académicos a temprana edad. Sin embargo,para los grandes pensadores, esta visión resulta superficial.



Hoy en día, el concepto de genio ha sido distorsionado y reducido a parámetros meramente académicos o técnicos. Se califica como genio a quien obtiene calificaciones sobresalientes, acumula títulos universitarios o alcanza logros académicos a temprana edad. Sin embargo, para los grandes pensadores, esta visión resulta superficial.

De igual forma el concepto de inteligencia ha sido reducido a una métrica numérica: El coeficiente intelectual (IQ). Este indicador, usado ampliamente por instituciones educativas, científicas y laborales, se ha convertido en el estándar moderno para etiquetar a las personas como “inteligentes” o “no inteligentes”. Sin embargo, esta visión reduccionista no solo distorsiona la naturaleza compleja del pensamiento humano, sino que incurre en errores lógicos, epistemológicos y metafísicos graves.

¿Qué define realmente a un genio?

JEAN-PAUL SARTRE:El genio no se determina por los títulos académicos ni por la cantidad de información que una persona puede memorizar ni a la velocidad que lo hace, sino por la capacidad creativa que transforma su entorno. Como decía JEAN-PAUL SARTRE, el genio no se define por su formación formal, sino por lo que es capaz de aportar al mundo. El talento para memorizar no es sinónimo de inteligencia creadora. Podemos observar el caso de John Stuart Mill, quien en su infancia dominaba lenguas, lógica y economía, con una capacidad cognitiva sobresaliente. No obstante, sus contribuciones no alteraron de forma radical el curso del pensamiento o la historia. En cambio, Copérnico, con un cociente intelectual probablemente menor, revolucionó la visión del universo. Esta diferencia nos enseña que el genio no es una cuestión de saber más, sino de crear algo nuevo, de romper con lo establecido y abrir nuevas formas de pensar. El verdadero genio radica en la originalidad, el ingenio y la capacidad de innovación, cualidades con las que todos nacemos en cierto grado, pero que solo florecen si las desarrollamos con libertad y pasión.

Sartre no creía que el genio fuera un “don divino” o una habilidad innata exclusiva. El ser humano no tiene una naturaleza predeterminada. Primero existimos, luego decidimos qué seremos. En este sentido, el genio no está predestinado, se forja en la lucha, en la experiencia, en la creación consciente de uno mismo. (El existencialismo es un humanismo” (L’existentialisme est un humanisme, 1945) es un ensayo de Jean-Paul Sartre, toca el punto sobre lo que es un genio. El genio no nace, se hace a través de acciones y elecciones radicalmente libre, sobre todo se menciona su famosa frase, el hombre no es nada más que lo que él se hace” resume su idea de que no hay esencia previa) 

Talento vs. Genio: ¿qué los distingue realmente?

SCHOPENHAUER: (El hombre de talento) El talento se forma a través del estudio, la experiencia y la práctica. Es quien domina un campo, quien memoriza, reproduce, y aplica con eficacia lo que otros ya han formulado. Schopenhauer lo define como: “El talento es capaz de alcanzar lo que otros no pueden hacer; el genio, lo que otros ni siquiera pueden imaginar.” Así, un médico, abogado o científico con títulos y especialidades puede ser altamente competente, incluso brillante, pero eso no lo convierte en genio. Es un hombre de gran talento, pero su conocimiento es causal, derivado, funcional.

La trampa moderna: Confundir acumulación con genialidad.

Schopenhauer alertaría sobre:

  1. La idolatría a los títulos: Tener 3 maestrías no te hace genio, sino un “archivista del saber ajeno”.
  2. La obsesión por las notas: Un 10/10 solo prueba eficiencia en repetir, no capacidad de crear.
  3. Los “niños prodigio”: Si solo reproducen conocimiento preexistente ( calcular rápido, tocar piezas difíciles), son monos amaestrados, no genios. ESTA DISTINCIÓN IMPORTA HOY; Vivimos en una era que premia la especialización, pero castiga la originalidad radical.

El genio.

El genio va más allá de la lógica formal, de lo académico y lo técnico. No solo 
sabecrea. Es una fuerza que inventa caminos nuevos, que aporta lo que aún no figura en manuales, universidades o tratados científicos.

  1. El genio innova desde la intuición, la imaginación o la inspiración, pero no de forma vaga: transforma esas visiones en nuevas verdades, nuevos conceptos, nuevas formas de ver el mundo.
  2. Su motivación no es la medalla, ni el reconocimiento, sino el impulso de contribuir, de transformar, de expresar algo original y significativo.

Ejemplo analógico: Un hombre puede estudiar varias carreras universitarias y no ser un genio. Puede memorizar perfectamente lo que otros pensaron, y ser admirado por su capacidad técnica. Pero el genio es aquel que, aún sin títulos, transforma la forma en que comprendemos algo. Por eso Einstein revolucionó la física desde la intuición antes que desde los laboratorios. Por eso Sócrates, siendo una analfabeta, cambió la historia de la filosofía con su pensamiento. (En la obra Parerga y Paralipómena (1851) de Arthur Schopenhauer, hace una distinción muy precisa y profunda entre el talento y el genio)

¿Qué pensaba immanuel kant sobre el genio?

Según Kant: “El genio es el talento (don natural) que da la regla al arte.” Es decir, para Kant, el genio no es simplemente un gran ejecutante o alguien que hace bien las cosas según reglas ya establecidas, sino aquel que crea las reglasaquel que inaugura un nuevo estilo, una nueva forma de pensar o hacer arte, ciencia o filosofía.

Tenía que poseer estas características;

  1. Originalidad: El genio crea obras originales que no pueden ser enseñadas ni copiadas mecánicamente.
  2. Ejemplaridad: Lo que el genio crea se convierte en ejemplo para otros, aunque él mismo no pueda explicar del todo cómo lo hizo.
  3. No puede enseñarse: Kant dice que el genio tiene un “espíritu productivo” que no puede transmitirse por educación.
  4. Inspira sin saber cómo: Aunque genera obras ejemplares, ni siquiera el propio genio puede explicar del todo el proceso creativo que lo llevó a ellas.

Kant y la Memorización.

Kant nunca habría considerado un “genio” a alguien solo por sus títulos o por su capacidad de memorizar. De hecho, para él, memorizar reglas o reproducirlas sin creatividad es un acto sin valor genuinamente estético o trascendente. La genialidad está más cercana a la intuición creativa y productiva, que trasciende la mera repetición. (Kant desarrolla su idea del genio principalmente en su obra “Crítica del juicio” (1790), particularmente en el apartado sobre el juicio estético.)

Una vez que hemos analizado diversas posturas filosóficas sobre el genio y la inteligencia, es menester abordar una de las formas más populares (y problemáticas) de “medir la inteligencia”: la prueba de Coeficiente Intelectual (IQ). Aunque esta prueba ha sido defendida por algunos sectores de la psicología, desde un enfoque filosófico presenta serias inconsistencias metafísicas, lógicas y epistemológicas.

Prueba de IQ: Deficiencias Metafísicas.

La prueba del Coeficiente Intelectual (IQ), aunque utilizada como herramienta para medir inteligencia, presenta graves deficiencias metafísicas que ponen en duda su validez como criterio universal.

Supuestos ontológicos erróneos.


La prueba parte de una 
concepción ontológica limitada de la inteligencia, donde se asume que esta es una entidad homogénea, cuantificable, y fija en el individuo. No considera que la inteligencia puede ser dinámica, contextual, emergente y relacionada con múltiples dimensiones del ser humano: desde la imaginación y la intuición hasta las habilidades emocionales, prácticas y sociales.

Ausencia de una teoría de primer orden lógico.

El IQ carece de una fundamentación filosófica de primer orden que justifique claramente qué es la inteligencia desde una perspectiva integral. Se mide algo que ni siquiera ha sido correctamente definido, lo cual genera una ambigüedad epistémica seria.

Error dualista.

La prueba incurre en un dualismo reduccionista, considerando que solo las capacidades lógico-matemáticas y lingüísticas son centrales, mientras que las dimensiones físicas, emocionales, creativas o prácticas son vistas como secundarias o irrelevantes. Esta separación artificial distorsiona la naturaleza holística de la inteligencia.

Supuesto de linealidad.

Se asume un proceso de desarrollo intelectual lineal y homogéneo, cuando muchas capacidades cognitivas se manifiestan de forma no lineal, incluso en etapas avanzadas de la vida. La prueba no contempla talentos tardíos ni formas de pensamiento que emergen a través de la experiencia o la maduración.

Falta de alineación sociocultural. El test no toma en cuenta los contextos sociales, históricos y políticos. Ignora los objetivos del Estado o comunidad en la que se aplica: sus valores, necesidades educativas, culturales o prácticas. En consecuencia, puede terminar evaluando habilidades que no son significativas para el desarrollo humano en determinado entorno.

La prueba IQ y sus deficiencias epistemológicas.

Desde una perspectiva epistemológica, la prueba del Coeficiente Intelectual (IQ) presenta serias limitaciones que comprometen su validez como medio para conocer o medir el fenómeno de la inteligencia.

Reduccionismo y exclusión.

La prueba IQ parte de una visión reduccionista del conocimiento, simplificando un fenómeno complejo como la inteligencia en variables cuantificables, y excluyendo dimensiones igualmente importantes como la creatividad, la intuición, la empatía o el pensamiento integrado. El enfoque es parcial y sesgado, privilegiando únicamente habilidades lógico-analíticas.

Deficiencia en la construcción teórica.

Epistemológicamente, la prueba carece de una teoría robusta y coherente del objeto de estudio. La inteligencia no ha sido claramente definida dentro del marco de la prueba, lo cual imposibilita construir una teoría de validación seria, pues no se sabe con precisión qué se está midiendo. Esta ausencia de universalidad conceptual debilita el rigor científico del instrumento.

Simplicidad frente a lo dinámico.

La prueba intenta determinar lo indeterminado, es decir, busca una medida estática y cerrada de un fenómeno profundamente dinámico y mutable. De este modo, simplifica procesos complejos, como el desarrollo del pensamiento, que pueden cambiar por la experiencia, el contexto o incluso los estados emocionales.

Supuestos innatistas y descontextualización.

El IQ suele atribuir los resultados a factores innatos, desestimando variables socioculturales, educativas, económicas o emocionales. Esta postura ignora el papel del entorno en el desarrollo cognitivo, reproduciendo una visión atomista que no reconoce lo proactivo de lo social.

Origen eugenésico y sesgo histórico.

Históricamente, la prueba IQ nació ligada a corrientes eugenésicas, como parte de un intento por jerarquizar razas, clases y capacidades. Esto deja una huella en su ausencia de neutralidad, haciéndola poco confiable como herramienta científica universal. No es ajena a intereses ideológicos ni a sesgos de poder.

La prueba de IQ como instrumento falaz: análisis lógico-filosófico.

La prueba de Coeficiente Intelectual (IQ), ampliamente usada para medir la inteligencia, se presenta como una herramienta objetiva y universal. Sin embargo, desde una perspectiva lógica y filosófica, incurre en múltiples falacias que cuestionan su validez metodológica.

 Falacias lógicas presentes en la prueba IQ:

  1. Falacia de generalización apresurada
    Mide principalmente habilidades lógico-matemáticas y lingüísticas, sin considerar otras formas de inteligencia (musical, emocional, social, creativa, etc.). Asume que esas pocas habilidades representan la totalidad del fenómeno.
  2. Falacia ad antiquitatem (apelación a la tradición)
    La validez de la prueba se sustenta en su uso histórico, pero no en una revisión crítica de su fundamento. El argumento “se usa porque siempre se ha usado” no justifica su eficacia ni su validez.
  3. Falacia del falso dilema
    Plantea que solo se es “inteligente” o “no inteligente” según los resultados de la prueba, excluyendo matices, contextos y variables externas que influyen en el desarrollo del pensamiento.
  4. Falacia del término medio no distribuido
    Se generalizan conclusiones sobre “la inteligencia” basándose en una categoría intermedia mal definida. Así, quienes obtienen altos puntajes en IQ son asumidos como más inteligentes sin considerar otros factores.
  5. Falacia de reducción al mérito
    Se parte del supuesto de que el rendimiento en la prueba refleja un “talento puro”, ignorando el entorno social, educativo, económico o emocional que influye en el desempeño.
  6. Falacia circular
    El IQ afirma medir la inteligencia y luego define la inteligencia como aquello que el IQ mide. Esta circularidad impide una verificación independiente del concepto.
  7. Falacia del falso consenso
    Se asume que, como muchas instituciones adoptan la prueba IQ, entonces es válida, omitiendo el análisis crítico de sus fundamentos epistemológicos y científicos.
  8. Falacia del sesgo de confirmación
    Se destacan únicamente los resultados que respaldan la eficacia del IQ, ignorando estudios y posturas críticas que ponen en duda su fiabilidad o su enfoque unilateral.
  • Falacia de simplificación excesiva
    Se reduce el fenómeno complejo de la inteligencia a un solo índice numérico, pretendiendo universalizar un resultado parcial y descontextualizado.

Conclusion.

Desde una perspectiva filosófica, la inteligencia no puede reducirse a la acumulación de conocimientos o a una puntuación numérica. Como lo señala Kant, el genio no se aprende ni se enseña: es una disposición natural para crear lo que no existía. Sartre refuerza esta idea al sostener que el verdadero valor del genio no se mide por títulos, sino por su capacidad para transformar el mundo a través de su obra. Schopenhauer distingue entre el talento que ejecuta con excelencia y el genio que origina nuevas formas de comprensión o expresión.

A partir de esto, entendemos que la inteligencia verdadera no es repetición ni memorización, sino creación. Crear implica interpretar la realidad, establecer relaciones nuevas, generar sentido donde antes no lo había. Por lo tanto, la prueba IQ es metafísicamente frágil, lógicamente inconsistente y epistemológicamente limitada. Asume como medible algo que no ha sido adecuadamente definido, incurriendo en múltiples errores lógicos que la convierten en un instrumento más ideológico que científico.

Adrian Valencia.