Comparación conceptual de la filosofía de Nietzsche y Spinoza.

Explora paralelismos entre Nietzsche y Spinoza: ideas compartidas sobre bien, mal, Dios y libertad en filosofía accesible.
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Retratos fusionados de Nietzsche y Spinoza en un paisaje filosófico eterno
Ilustración simbólica de los paralelismos entre Nietzsche y Spinoza, destacando su legado compartido en la filosofía moderna



En el vasto panorama de la filosofía, pocos pensadores han sido tan malinterpretados y al mismo tiempo tan influyentes como Friedrich Nietzsche y Baruch Spinoza. Uno, el alemán con su martillo demoledor de ídolos; el otro, el holandés excomulgado por su visión panteísta del universo. Ambos vivieron en épocas turbulentas, enfrentando el rechazo social por ideas que desafiaban las normas establecidas. Nietzsche, a menudo asociado erróneamente con el nazismo tras su muerte, proclamaba la muerte de Dios y el advenimiento del superhombre. Spinoza, perseguido por judíos y cristianos alike, proponía una ética geométrica donde Dios y la naturaleza son uno solo. ¿Qué une a estos dos gigantes? Una visión funcional del ser humano y el mundo que, pese a sus estilos opuestos –el aforismo poético versus la proposición lógica–, converge en conceptos idénticos. En este artículo renovado, exploraremos estos paralelismos, haciendo accesible su pensamiento para principiantes y profundizando para los eruditos, con un toque creativo que invita a la reflexión personal.

Imaginemos por un momento: Nietzsche, con su bigote frondoso y su pluma afilada, caminando por las montañas suizas, mientras Spinoza pule lentes en su taller holandés, ambos tejiendo un tapiz conceptual que desmonta las ilusiones humanas. No es casualidad que Nietzsche, en una carta a su amigo Overbeck en 1881, confesara su admiración por Spinoza: "Tengo un predecesor, y vaya uno". Esta conexión no es superficial; es un mapa compartido de la existencia, donde el mal no existe como entidad, Dios es inmanente, y la libertad surge de la comprensión racional. ¿Cómo estos filósofos nos invitan a liberarnos de cadenas ideológicas?.

La Negación del Mal: Desvalorización de Valores en Nietzsche y Spinoza

Uno de los pilares compartidos es la idea de que el bien y el mal no son absolutos, sino construcciones humanas derivadas de nuestros deseos y acciones. Spinoza lo expresa con claridad geométrica en su Ética: "Así pues, queda claro, en virtud de todo esto, que nosotros no intentamos, queremos, apetecemos ni deseamos algo porque lo juzguemos bueno, sino que, al contrario, juzgamos que algo es bueno porque lo intentamos, queremos, apetecemos y deseamos" (Parte III). Aquí, el holandés invierte la causalidad tradicional: no deseamos lo bueno; lo bueno surge de nuestro deseo.

Paralelamente, Nietzsche en Así habló Zaratustra advierte: "Símbolos son todos los nombres del bien y del mal: no declaran, sólo hacen señas. ¡Tonto es quien de ellos quiere sacar saber! Prestad atención, hermanos míos, a todas las horas en que vuestro espíritu quiere hablar por símbolos: allí está el origen de vuestra virtud" (De la virtud que hace regalos). Para el alemán, los valores son meros signos, no verdades eternas; desvalorizarlos es liberarse de su tiranía. ¿No es esto idéntico? Ambos niegan el mal como fuerza ontológica, viéndolo como una ilusión nacida de la perspectiva humana. Piensa en cómo etiquetamos "malo" a un evento doloroso solo porque choca con nuestros anhelos; Nietzsche hace una crítica al dualismo moral platónico-cristiano.

En la era actual, esta idea cobra relevancia: en psicología positiva, se habla de reencuadrar experiencias negativas como oportunidades, es una forma vaga y simple de la afirmación spinoziana de que todo es necesario en la cadena causal del universo. Reflexionando personalmente, ¿cuántas veces hemos juzgado algo "malo" solo para descubrir su valor transformador? Nietzsche y Spinoza nos invitan a esta transvaloración, un ejercicio creativo de filosofía aplicada.

Dios Ha Muerto: La Infinita Multiplicidad y la No-Existencia de Dios en Acto

El famoso "Dios ha muerto" de Nietzsche no es un ateísmo nihilista, sino una liberación: el colapso de los ídolos permite el surgimiento del superhombre. Spinoza, por su parte, define a Dios como "un ser absolutamente infinito, esto es, una substancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita" (Ética, Parte I, Definición VI). Pero inmediatamente aclara: "La esencia de todo lo que puede concebirse como no existente no implica la existencia" (Axioma VII). Dios no "existe" en acto separado; es la sustancia misma del mundo.

Ambos filósofos despojan a Dios de su antropomorfismo: para Spinoza, es la naturaleza naturans y naturata; para Nietzsche, su muerte abre el espacio para la voluntad de poder.

Ambos desean un mundo donde lo divino no es un juez externo, sino la multiplicidad infinita de atributos en cada ser humano. Esto converge en una idea panteísta: Dios es todo, pero no un "ser" personal. Es como decir que el universo es divino en su totalidad, sin necesidad de un creador separado; es una crítica al teodiceo al eliminar el mal como opuesto a un Dios bueno.

En contextos modernos, esta noción influye en la física cuántica y la ecología profunda, donde todo está interconectado. Personalmente, me sugiere una sensación de unidad cósmica, liberadora ante el vacío existencial que muchos sienten hoy.

Cuerpo y Alma como Uno: La No-Existencia de Experiencia Externa

Spinoza afirma: "Según están ordenados y concatenados en el alma los pensamientos y las ideas de las cosas, así están ordenadas y concatenadas, correlativamente, las afecciones o imágenes de las cosas en el cuerpo" (Ética, Parte V, Proposición I). Cuerpo y mente son paralelos, no duales. Nietzsche, según Lou Andreas-Salomé, identifica su inspiración con la revelación exterior: "Para mí -¿cómo podría haber un afuera-de-mi? ¡No existe ningún afuera!" (en su biografía de Nietzsche).

Ambos rechazan el dualismo cartesiano: no hay experiencia externa al ser; todo es inmanente. Piénsese en cómo la emociones afectan el cuerpo (estrés causa enfermedades); Eesto prefigura el monismo neutral en filosofía de la mente. Creativamente, es como danzar en un universo donde mente y materia bailan al unísono, sin jerarquías.

El Eterno Retorno y la Eternidad Spinoziana

Nietzsche plantea el eterno retorno como prueba: "¿Qué dirías si un demonio te dijera que esta vida debes vivirla innumerables veces?" (La gaya ciencia, 341). Es un castigo para ideales falsos, una afirmación de la vida tal cual.

Spinoza define eternidad como "la existencia misma, en cuanto se la concibe como siguiéndose necesariamente de la sola definición de una cosa eterna" (Ética, Parte I, Definición VIII). No es duración temporal, sino necesidad lógica. Ambos conceptos unen el tiempo en un ciclo eterno, sin principio ni fin, castigando ilusiones teleológicas. En reflexión, invita a vivir cada momento como eterno, un ejercicio estoico-nietzscheano para la felicidad cotidiana.

El Superhombre y la Libertad Racional en la Ética de Spinoza

La Parte V de la Ética de Spinoza trata "de la potencia de la razón, mostrando qué es lo que ella puede contra los afectos, y, a continuación, qué es la libertad del alma, o sea la felicidad". Es la vía a la beatitud mediante el conocimiento intuitivo, superando pasiones.

Nietzsche proclama: "El superhombre es el sentido de la tierra" (Zaratustra, Prólogo 3). Ambos describen un pensamiento sin ideales: el sabio spinoziano es el superhombre, libre de afectos irracionales. Consiste en evolucionar de reactivo a proactivo; hacia un monismo ético.

Las Tres Transformaciones: De Camello a Niño en Nietzsche y las Voliciones en Spinoza

Nietzsche describe tres fases: camello (carga valores), león (destruye), niño (crea). "Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño" (Zaratustra).

Spinoza une voluntad e intelecto: "La voluntad y el entendimiento son uno y lo mismo" (Ética, Parte II, Proposición XLIX). Las voliciones son deseos que llevan al entendimiento intuitivo, paralelas a las transformaciones. Para ambos se realiza "un viaje del alma": del peso de las normas en juego inocente de la creación.

Estilos Opuestos, Mapa Común: Aforismo vs. Proposición

Nietzsche usa aforismos para destruir ideales: "Yo hablo en parábolas, e, igual que los poetas, cojeo y balbuceo" (Zaratustra). Spinoza construye un sistema axiomático, lógico y concluyente.

Sin embargo, comparten soledad: Nietzsche ve en Spinoza un compañero. Su diferencia radica en el método: uno martilla, el otro teje. En conclusión, Nietzsche rompe para liberar; Spinoza construye para elevar. Juntos, ofrecen una filosofía superior, eterna.

Este recorrido por sus ideas nos muestra que, pese a siglos de separación, su pensamiento es muy actual, autentico y libre. Te invito a reflexionar: ¿Estás en fase de camello, león o niño?

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