Los orígenes de la filosofía escrita y la noción de cultura libre.

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Rescate de algunas lecturas de el Fedro de Platón.

Han surgido una cantidad exponencial de escritores y sin embargo, la curva en relación al número de lectores no parece tener algún rasgo de paralelismo. Y si tomamos la variable de la calidad de los libros, entramos en un dilema aún más complejo. 







Actualmente nos encontramos con una ambigua virtualización de los libros. La tecnología digital, ha instaurado nuevos canales de distribución de los libros. Y en cierto sentido, la cultura, en ese contexto, se ha virtualizado. Tenemos una apertura democrática en todo el proceso que conlleva la creación y distribución de propuestas académicas o literarias. Han surgido una cantidad exponencial de escritores y sin embargo, la curva en relación al número de lectores no parece tener algún rasgo de paralelismo. Y si tomamos la variable de la calidad de los libros, entramos en un dilema aún más complejo. Existen muchos libros y sin embargo, la sabiduría va perdiendo intensidad conceptual en ellos. Lo cual nos invita a cuestionarnos si la escritura de ciertos libros es conveniente. 

Es importante recordar que en la antigüedad, hablamos desde el pensamiento occidental, la escritura como tal y sus consecuencias, es decir, la lectura, no eran del todo una actividad filosófica y cultural del todo sustancial. Aun así, en el tema del propio quehacer filosófico y su devenir cultural, éste se desarrolló sin ningún contratiempo; valga de ejemplo el hecho enriquecedor de saber que Sócrates no escribió algún tipo de obra y sin embargo, es un pensador que en la actualidad es influyente; para él era más importante el acto reflexivo y consideraba a la escritura como una especie de prótesis del acto de pensar.





Se podrá o no estar de acuerdo en ello; en lo que si anticipo un mayor consenso es en el hecho de considerar que la palabra, en su contenido y forma, es un ente vital. Da vida al pensamiento y al propio ser en su colectividad. En principio, se comunica con otros cuando prescinde del habla. Se da la posibilidad u oportunidad de pertenecer a diversos tiempos y espacios a través de la memoria que permite la grafía de los pensamientos reflexivos y/o creativos. O satisface a determinado ser, respuestas que encontrará en la memoria. Se presenta el ser filosófico, literario e historicista.

Como podemos recordar, en el libro de Fedro, de Platón, en la parte final; se encuentra relatada la idea de cómo habría llegado la escritura a ellos (a nosotros, en consecuencia). Y aunque vemos en ello una intención política por parte de Platón, es en cierta forma válida. Planteaba en ello la posibilidad de justificar el ser político a través de la escritura. Quien tenía sus manos y asimilado en su pensamiento parte de la cultura escrita, tenía la posibilidad de gobernar.

Sin embargo, también es posible encontrar en el Fedro, una figura en el acto de escribir, es decir, la escritura misma. Se cuestiona, no ayudará al fortalecimiento de la memoria colectiva del saber, al contrario, se desarrollará una pseudosabiduría, en todo el sentido de la palabra. Con ello podemos comprender que finalmente la oralidad da como resultante el pensar con vitalidad. Con esto se entiende que debemos rescatar a la filosofía escrita en vez de pretender ser bestseller. 
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