Breve biografía de Tales de Mileto

Tales fue el iniciador de la indagación racional sobre el universo. Se le considera el primer filósofo de la historia de la filosofía occidental, y fue el fundador de la escuela jónica de filosofía, según el testimonio de Aristóteles.
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Biografía Tales de Mileto
Tales fue el iniciador de la indagación racional sobre el universo. Se le considera el primer filósofo de la historia de la filosofía occidental, y fue el fundador de la escuela jónica de filosofía, según el testimonio de Aristóteles. Fue el primero y más famoso de los Siete Sabios de Grecia (el sabio astrónomo), y habría tenido, según una tradición antigua no muy segura, como discípulo y protegido a Pitágoras. Fue además uno de los más grandes matemáticos de su época, centrándose sus principales aportaciones en los fundamentos de la geometría.


La rica y próspera capital griega de Mileto, en el margen de la actual Turquía, nace la procedencia del pensamiento occidental; en ella se desarrolló, a lo largo del siglo VI, la influencia de los filósofos milesios, en otras palabras, patrios de Mileto: Tales, Anaximandro y Anaxímenes. El paso del mito al logos, a la prudencia, que define el semilla de la impasibilidad. Y los filósofos milesios fueron, en impacto, los primeros en desatender las puntualizaciones mitológicas y religiosas de los fenómenos (los rayos son producto de la rabia de Zeus) y en mostrar respuestas razonables a las cuestiones. La que más ocupó a los milesios fue la del arjé (comienzo o principio). La fisis, la condición o cosmos físico, es un conjunto de cuerpos de muy diversa categoría; ¿existe un postulado auxiliar único, una entraña primera a toda esta gama de individuos? Cada uno de los pensadores de la cátedra milesia dio un parecer distinto: para Tales de Mileto el arjé es el linfa; para Anaximandro, el ápeiron, lo feraz; para Anaxímenes, el éter. La cuestión seguiría siendo gestión por otros prestigiosos pensadores de la brillante entereza griega, parecido Pitágoras, Jenófanes, Parménides, Anaxágoras o Heráclito, implícitamente se convierte en uno de los libretos filosóficos esenciales de la Antigüedad.


El antagonismo y lo que ahora nos parece una pequeña fundamentación de las respuestas no puede exonerar la gravedad de estas contribuciones en la medida en que suponen el bosquejo de una manera neutral, en otras palabras, filosófica. En este sentido, Tales fue el primer filósofo griego que intentó descargar una testificación automática del Universo, que para él era un aire justo pese a su aparente barullo. Tales se planteó la inferior cuestión: si una entidad puede degenerar en otra, al estilo de un trozo de mineral azulón que se hace en sarcófago carmesí, ¿cuál es la natura de las entidades, del mineral y del sarcófago? ¿cualquier médula puede trastornar en otra de faceta que por último todas las entrañas sean aspectos desiguales de una misma clase? Tales consideraba que la oposición a esta última cuestión es el consentimiento, y que siendo así podría incrustarse en el Universo un decreto decisivo; quedaba decidir cuál era entonces ese sor añadido (en griego, arjé o arché). Para Tales de Mileto el arjé es el linfa, ya que es la conferencia que se encuentra cifrada, rodea firmemente y corre la inclinación de los continentes. Todo nace del linfa, la cual es el punto crucial del que están hechas todas las cosas. La secreción impregna el cielo con faceta de fluido, que es donaire, cumulos y edén; del linfa se forman los comités al condensarse, y la existencia no es aparente ausentandose ella.



La Tierra, para Tales, era un compacto plano secreto por la semiesfera azulado flotando en un punto. Esta consideración sobre la sinceridad de un dato del cual estaban alineadas todas las cosas cobró gran aprobación por los filósofos posteriores, a pesar de que no aceptasen que el linfa exteriormente es similar al medio ambiente. Lo importante de su despacho es la consideración de que todo ser proviene de un comienzo natural, sea secreción, sea cualquier otro. Y el hecho de buscarlo de una suerte justo, de extraerlo de una serie de admoniciones y mejoras, es lo que ha negado a Tales el eslogan de "procreador de la filosofía". De la edad de Tales de Mileto nos han impresionado números y curiosidades dispersas de irrealizable antagonismo. Al parecer, en su inexperiencia viajó a Egipto, donde aprendió geometría de los religiosos de Menfis, y astronomía, que ulteriormente enseñaría con el prestigio de astrosofía. Dirigió en Mileto una academia de flota, construyó un canal para bizcornear las jugos del Halis y dio aptos consejos políticos. Fue maestro de Pitágoras y Anaxímenes, y flagrante de Anaximandro. En geometría, y en embrión a los conocimientos adquiridos en Egipto, Tales de Mileto elaboró un conjunto de teoremas generales y de argumentos inductivos a partir de los frontales. Todo ello fue reunido luego por Euclides en su drama Elementos, Tales tiene el derecho de haber filtreado en Grecia con provecho por los exámenes geométricos. Ningún de sus escritos ha conseguido llegar a nuestros días; a pesar de ello, son nutridas las contribuciones que a lo largo de la fábula, desde Herodoto, Jenófanes o Aristóteles, se le han asignado.

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