¿El fin de la Filosofía?

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¿El fin de la Filosofía?
Desde mediados y finales del siglo XIX pero sobre todo a lo largo del siglo XX, tras la irrupción de la ciencia y su separación con la Filosofía, son muchos los autores que se han dedicado a hablar sobre la muerte de esta disciplina.


En la conferencia que F. Brentano pronunció en la Universidad de Viena en la toma de posesión de su cátedra de Filosofía en 1874, nos dice que la propia disciplina no goza de gran confianza. Está disgregada, hay tantas opiniones como cabezas pensantes. Varias razones de ello serían el afán por lo imposible que le haría correr tras fantasmas, la falta de confianza en este tipo de estudios, la contraposición y combate de todos los sistemas. Este último es muy problemático ya que hacer ciencia de algo que cambia constantemente es difícil, además que la filosofía parece buscar un modo de fundamentación y explicación imposible al entendimiento del ser humano. Por ejemplo, la ciencia pretende para hacer esto subordinar los fenómenos particulares a unos hechos generales. Lo que le queda al filósofo es la especulación del cómo y del por qué en la investigación científica. Otra cosa negativa es su nulicidad práctica, con lo cual, las razones 
por las que no podemos tomar la filosofía como ciencia son:
  1. 1.      Falta de teoremas generalmente aceptados.
  2. 2.      Revoluciones que padece, constantes.
  3. 3.      Inaccesibilidad al fin propuesto.
  4. 4.      Imposibilidad de valoraciones prácticas.
Sin duda alguna, la irrupción de las ciencias es la principal razón por la que la filosofía ha sido desplazada a partir del siglo XX y mediados del XIX, ¿pero debemos tomarlo en negativo? Para Brentano es algo obvio, esa negatividad es por la manifiesta inferioridad[1] de la filosofía frente a las ciencias prácticas. Se han impuesto.


En este sentido, Heidegger confirma lo que dice Brentano sobre el final pero le da una vuelta: para él se ha entendido el fin como algo negativo pero no tiene que serlo necesariamente. Hay que tomarlo como el acabamiento de la metafísica ya que cada época la filosofía tiene su propia necesidad. Ese final es el lugar donde se reúne la totalidad de la historia de la filosofía en su posibilidad límite que es la inversión de la metafísica como había dicho Marx. Lo que aquí está de fondo es el tema recurrente de la filosofía heideggeriana, salirse de la metafísica occidental mediante la pregunta constante por el Ser. En la formación de las ciencias dentro del horizonte de la filosofía encontramos ese acabamiento que es legítimo e interdisciplinar, la filosofía encuentra su lugar en la cientificidad humana o ciencia empírica del hombre[2] y pasará a ser rasgo fundamental. Esto nos llevará a la cibernética, que es 

La teoría para dirigir la posible planificación y organización del trabajo humano. La Cibernética transforma el lenguaje en un intercambio de noticias. Cita: M. HEIDEGGER (1978), ¿Qué es filosofía? Tr. J. L. Molinuevo, Narcea editorial, Pág. 100.

Pero la filosofía no está alejada de las ciencias sino todo lo contrario; la técnica no se pregunta por su esencia sino que marca y encauza los fenómenos del mundo y la posición del hombre en él. La verdad científica es eficacia de la técnica. Pero la ciencia expone las Ontologías de las regiones del ente, hablan del Ser del ente porque suponen necesariamente su campo categorial.

Tan sólo pretendo abrir mi mente a la desilusión por la situación que atravesamos en general y por la particularidad de la filosofía, venerada antaño y tan despojada de su esencia, si se me permite aquí siquiera acercarme al Maestro de Alemania en título de Rudiger Safranski, ahora. Creo firmemente que la aplicabilidad de la filosofía existe, de hecho pretendo acercarme aquí mínimamente a una idea que desarrollaré más adelante aun siendo muy osado. Pero necesitamos la osadía. Si tan atrás estamos de las ciencias, necesitaremos un método. Así a grandes rasgos lo llamaré “reflexión crítica trascendental” y explicaré más adelante el por qué. Avanzo que lo veo como una manera de apuntalar el camino y si encontramos grietas taparlas a tiempo, antes que fragmente y sea tarde. No pretendo aunar toda disciplina en una, sino dar un lugar a la nuestra. Los caminos a construir y recorrer deben ser sólidos, pues la caída puede ser inminente y nos jugamos el tipo a cada paso que damos.

Más adelante trataré esto, pues un trabajo así requiere de mucho tiempo para poder expresar mínimamente una idea vaga de lo que se quiere decir con ese nombre. Pero a grandes rasgos diré que se trata de, como se indica, una crítica hacia todo lo que se mueve. Es necesaria por la situación en la que vivimos para empezar, pero también porque no podemos pasar sin inmutarnos ante la evidente tropelía que se está cometiendo. Por eso lo llamo una reflexión crítica. Pero además colocó una palabra clave en la historia de la Filosofía, ese "trascendental" puede sonar a muchas cosas pero sin duda se refiere a, como el propio Heidegger dice en la  que el Ser debe hacer, remontar el objeto de nuestro estudio y verlo más allá. Sólo así podemos dar cuenta real de lo que estamos estudiando y dar una solución desinteresada a un problema. Como digo, más adelante, desgranaremos este método que considero fundamental para la Filosofía. Para que, de una vez por todas, tenga el estatus que se merece. 


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[1] Que no tiene por qué ser real.
[2] Es lo que puede convertirse para él en objeto experiencial de su técnica.
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