Alicia en el pais de las maravillas

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Identificar el sentido con la manifestación tiene más posibilidades de éxito, ya que los designantes mismos no tienen sentido sino en función de un Yo que se manifiesta en la proposición. Este Yo es sin duda primero, ya que hace empezar el habla; como dice Alicia, «si sólo hablarais cuando se os habla, nadie diría nunca nada». Se concluirá de ello que el sentido reside en las creencias (o deseos) de quien se expresa.


«Cuando empleo una palabra -dice también Humpty Dumpty- significa lo que yo quiero que signifique, ni más ni menos... La cuestión es saber quién manda, y basta.» Pero hemos visto que el orden de las creencias y los deseos estaba fundado sobre el orden de las implicaciones conceptuales de la significación, e incluso que la identidad del yo que habla, o que dice Yo, no estaba garantizada más que por la permanencia de ciertos significados (conceptos de Dios, del mundo...). El Yo no es primero y suficiente en el orden de la palabra sino en tanto que envuelve significaciones que deben ser desarrolladas por sí mismas en el orden de la lengua. Si estas significaciones se derrumban, o no están establecidas en sí, la identidad personal se pierde, experiencia dolorosa que hace Alicia, en condiciones en las que Dios, el mundo y el yo se vuelven los personajes indecisos del sueño de alguien mal determinado. Por ello, el último recurso parece ser identificar el sentido con la significación.


Deleuze Gilles. Lógica del sentido.
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