Este libro es un artefacto literario filosófico que cabalga entre el ensayo y el diario, cuya vocación es adentrarse en algunas prácticas sociales como las políticas, las musicales, las educativas, las de la industria del entretenimiento como las telenovelas, los concursos de belleza; se describen algunos fragmentos de los problemas de convivencia que han existido en Venezuela. Es un boceto inacabado de nuestro ethos. El río de fondo es que la arqueología etológica es una posibilidad para pensar la política desde un lugar distinto al delimitado por el Muro de Berlín.
No hay pretensión de teoría, ni de sistema y mucho menos de una visión del mundo al estilo de las tradiciones francesas, alemanas o inglesas. Más bien las escenas, las imágenes artísticas, las citas textuales o las ideas, en cada fragmento, son puntajes de un tejido que funcionan como un tábano de aquello que ha inquietado mi cuerpo en el tránsito de su descubrimiento: la apertura a la patria.
El texto tiene otra fuerza que lo teje, lo hilvana, se le contrapone, lo interpela, lo amalgama o provoca otros sentidos. Es el discurso visual, artístico, de mi hermano Manuel Alzuru. El alegato artístico puede leerse como una retrospectiva de su obra a partir de los sonidos que provocaban en mi cuerpo. Es otra manera de leer la patria.
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Jonatan Alzuru Aponte |
Manuel Alzuru Aponte
Las descripciones resumidas al inicio de cada artículo son realizadas por revista Microfilosofía.
“Fortalecer una auténtica voluntad de diálogo es parte esencial de nuestras posibilidades colectivas. Sin disimular los desacuerdos, evitando el consensualismo fácil, pero afirmando con fuerza la necesidad de encuentro de múltiples voces, de pensamientosheterogéneos, de enfoques discrepantes. Este espíritu crítico puede ayudar en el camino para ventilar las diferencias.” (Lanz Rigoberto, Enfoques de la Posmodernidad en América Latina, 1998: 78)