BRUJAS: RAZÓN Y DINERO

Vamos a tratar un tema del que mucho y mal se ha hablado, del trágico periodo donde el asesinato de las brujas estaba en su punto más álgido.
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 Nos asomaremos por una mirilla que abarca desde finales del XVI hasta inicios/mediados del XVII. Antes de adentrarnos en la miseria humana os advierto que no es un artículo para hacer sentir cómodo a nadie y que puede revolver más de un estómago.

 

¡Vamos al lío! Lo que más me ha sorprendido de este periodo temporal, y lo que quiero compartir con vosotres, es ver como la caza de brujas se entrelaza con 2 hitos históricos: mi amada revolución científica y el inicio de la era capitalista. Son temas que había estudiado por separado y que pude conectar hará unos meses gracias a un curso de temática feminista que realicé. Realmente mi mirada cambió, fue como tomar la píldora roja en Matrix . 
 

Por contextualizar un poco en el horror, os diré, que es del todo imposible poder determinar cuantas mujeres fueron quemadas y asesinadas, ya que no hay constancia de todos los juicios y de los que si se registraron no de todos se conoce la sentencia.  Además las víctimas no solo eran las quemadas sino que también debemos contar las asesinadas por su comunidad, o las que se suicidaban en su celda. Ya que una vez acusada si sobrevivías la sospecha y la violencia te perseguía de por vida. ¿Os imagináis qué loco? se podía dar el caso de que un vecino gilipollas te acusara de brujería por envidiar tu cosecha y ahí tu vida ya estaba jodida para siempre. Los números hablan de entre 100.000 y 200.000 mujeres. 

 

Lo que si que esta claro es que la causa del feminicidio por brujería es multifactorial y transversal a una época. El primer cruce de caminos a comentar es el de la caza de brujas con la racionalidad y el mecanicismo. La recién estrenada modernidad quiso mecanizar y desencantar el mundo.  El racionalismo se presentaba triunfante frente al mundo fantástico del medievo.  En este sentido parece muy sencillo criticar la Edad Media y tachar a sus gentes de incultas e irracionales pero no olvidemos que es en la modernidad cuando se queman a las mujeres en la hoguera tras torturas y juicios totalmente “racionales”. Hasta tal punto que al leer los interrogatorios y las pruebas que les realizaban a la mujeres para determinar si eran brujas o no, parece que quieran regirse por el propio método científico. ¡Es aterrador! Este se aplicaba con la ayuda del Malleus Maleficarum (del latín: Martillo de las Brujas), el tratado más relevante durante la persecución de las brujas. Era el libro de cabecera de inquisidores y demonólogos, al que remitían constantemente para aplicar su autoridad.

 

Además los hombres de leyes (juristas, magistrados, demonólogos) realizaban una burocratización rigurosa, racionalizada y mecanizada, para poder replicar los juicios más allá de sus fronteras. Estos hombres de letras tejían alianzas con intelectuales, filósofos y científicos de la época. El reputadísimo Hobbes, sin ir más lejos, no creía en la brujería pero si que aprobaba su persecución como medio de control social. Como veis todo muy, clasista, machista, retorcido… en fin que dan ganas de vomitar.

 

Me imagino las cenas donde los genios como Kepler, Galileo, Bacon Pascal o Descartes podían comentar la brujería como el tema de moda. Con esto no defiendo que el mecanicismo filosófico fuera la causa de la caza de brujas pero si que convergen y acaba siendo un elemento más de ese caldo de cultivo que dio como resultado una histeria colectiva en contra de las denominadas adoradoras del Diablo. 

 

Un elemento esencial a tener en cuenta, es que en el afán desmedido de desterrar la magia del mundo también desterraron a las mujeres y su sabiduría ancestral. Históricamente las que fueron acusadas de brujería, eran las pobres, las viudas, las marginadas, las que por lo que fuera caían mal en el vecindario pero también las parteras y la curanderas del pueblo. Estas últimas eran consideradas como peligrosas, sus conocimientos y praxis asustaban a los hombres que eran desconocedores de estos campos de la medicina. Es sabido que tras el genocidio se retrocedieron siglos de conocimientos  en obstetricia y control de la natalidad. Estamos ante la misoginia en estado puro. Pero desgraciadamente la cosa no acaba aquí ya que la abolición de las comadronas en estos siglos va de la mano con el siguiente tema: los albores del capitalismo.

 

La caza de brujas no solo se entrelaza con la revolución científica y el mecanicismo como acabamos de ver, sino que además está fuertemente vinculada con el inicio del un nuevo sistema económico, ya archiconocido por todes llamado capitalismo. De entrada pensándolo fríamente y sin escrúpulos, tal y como el sistema demanda, no hay mejor manera de controlar el desarrollo de la mano de obra que el de controlar la natalidad en sí. Por ello era menester privar a las mujeres del control y gestión de su reproducción. Ahora la mayoría de seres humanos pasaban a ser vistos como mera fuerza laboral. No en vano se creía que las brujas eran infanticidas por naturaleza, ya que si las comadronas eran acusadas de brujería e infanticidio, se simplificaba la labor de “desencantar el mundo” de los hombres racionales y así podían empezaran a controlar el cotarro de los nacimientos de la clase productora. Toda una invención muy bien articulada para que las elites poderosas no perdieran su estatus.

 

Pero la cosa no acaba aquí ya que en pro al capitalismo y al mantenimiento de las élites otro dato clave es que las mujeres quemadas eran campesinas con poco dinero. Además el miedo (el gran aliado del capitalismo) a ser acusada de brujería también aislaba a las personas y dificultaba una revuelta campesina de cara al nuevo sistema económico. Ya que si veían a unas cuantas mujeres juntas, a ojos inquisidores, podrían formar un aquelarre. Las élites europeas veían amenazada su existencia y la invención de la bruja les vino estupendamente para perpetuar su poder y dar paso a un nuevo sistema económico que les venia estupendamente.

 

A nivel personal, al margen de la sorpresa al descubrir las vinculaciones con la revolución científica y los inicios del capitalismo, concluyo que es demasiada sangre como para ver el cliché del personaje de la bruja con buenos ojos. Es algo que me violenta. Quiero pensar que en parte este se produce por desconocer la gravedad de los hechos ya que nos resultaría ofensivo, y con razón, que se banalizara de la misma manera un tema tan serio como por ejemplo el holocausto. Todes hemos crecido con cientos de pelis, libros y series que tenían a brujas como personajes en sus tramas: Blanca Nieves, Hansel y Gretel, La bella durmiente, Embrujada, Prácticamente magia, Las brujas de Eastwick, Embrujadas, Sabrina: cosas de bruja, Jóvenes y brujas, El Crisol, American Horror Story: Coven, Las escalofriantes aventuras de Sabrina… etc. Etc. Etc. Actualmente la bruja es un personaje más en los relatos fantásticos y de terror pero no olvidemos que unos siglos atrás la palabra bruja iba acompañada de matanza y horror.



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