Krishnamurti y Krishnamurti .Comentario

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Krishnamurti es el nombre de un gran predicador hinduista, realmente famoso por la excelencia mostrada en conferencias, recorriendo el mundo entero a fin de predicar la doctrina de la iluminación.

Si nace un niño en la India, esta enterado sin duda el máximo sacerdocio local, y adelantado incluso al evento del nacer le otorgan al feto su apellido, sucede en pocas ocasiones que los dioses y diosas indus se reúnen en comunión conforme al nacido, elevando su estatus hacia el escalón más alto de entre los humanos. 

Así, muy pocos son los que reciben de la gloria divina, el honor de ser llamado Krishnamurti, y sucedió que dos de ellos fueron contemporáneos.
El primero devolvió la ofrenda a su apellido, desarrollando sus virtudes espirituales y ofreciendo su apoyo al pueblo Hindú, a fin de que estos pudieran desarrollar sus dotes divinas. 

El segundo medito largamente durante su juventud, rodeado de grandes maestros instructores, observó una cultura antigua , falsificada, y quedando dolido de lo que no amaba, simplificó su nombre a solo U.G. Después replanteo su vida en EE.UU realizándose como empresario, se dice entonces, que los dioses dolidos le impregnaron de mal kharma , hasta que “Krishna” consiguió perderlo todo, vagabundeó por medio mundo, tirado por los rincones consiguió un pequeño trabajo y, conocer a una gran mujer, con la que vive actualmente. 

Con todo esto, dicen que logro vencer toda ambición humana, siendo recompensado con la “iluminación”. 


A continuación se recoge un extracto del libro: Krishnamurti U G - La Mente Es Un Mito. 

Pregunta: Todas las religiones han puesto el deseo de libertad, cielo, liberación, o Dios delante de todos los demás como algo que vale la pena perseguir. Pero si estas metas máximas no existen, como usted parece sugerir, serían, entonces, deseos inferiores, siendo falsos y de esa forma imposibles de satisfacer. Pero eso nos repele; nosotros insistimos en que algunos deseos, especialmente aquellos que ostensiblemente trascienden "la carne", son más divinos que otros. ¿Quisiera decir algo sobre esto? 

UG: A menos que esté libre del deseo más importante de todos, moksha, liberación, o auto-realización, usted será miserable. La meta máxima - que la sociedad puso delante nuestro - es la que tiene que irse. Hasta que esté libre de ese deseo, no podrá liberarse de ninguna de sus miserias. Suprimiendo esos deseos, no será libre. Esta realización es lo esencial, yendo como va al centro del problema. 

Es la sociedad la que ha puesto el deseo de libertad, el deseo de liberación, el deseo de Dios, el deseo de moksha - ese es el deseo del cual debe estar libre. Entonces todos esos otros deseos caen en su ritmo natural. Usted suprime esos deseos solo porque tiene miedo de que la sociedad lo castigue si actúa según ellos, o porque lo ve como "obstáculos" para su mayor deseo - la libertad. Si esto tuviera que pasarle, se encontraría en un estado primario sin que sea primitivo, y sin ninguna voluntad de su parte. Tan solo sucede. Ese hombre libre no estará en conflicto con la sociedad nunca más. No es antisocial, no está en guerra con el mundo; él ve que no podría ser diferente. No quiere cambiar la sociedad en absoluto; la demanda de cambiar ha cesado. 

Cualquier cosa que haga en cualquier dirección es violencia. Cualquier esfuerzo es violencia. Cualquier cosa que usted haga con el pensamiento para crear un estado de paz en la mente está usando la fuerza y entonces, es violencia. El yoga, las meditaciones, las plegarias, los mantras, son todas técnicas violentas. 

El organismo viviente es muy pacífico; usted no tiene que hacer nada. Al funcionamiento pacífico del cuerpo no le interesan un comino vuestros éxtasis, beatitudes, y estados de dicha. El hombre abandonó la inteligencia natural del cuerpo. 

Por eso digo - esa es mi canción trágica - que el día en que el hombre experimentó esa conciencia que lo hizo sentirse separado y superior a los otros animales, en ese momento comenzó a sembrar las semillas de su propia destrucción. Esta retorcida visión de la vida está empujando lentamente a todo el pensamiento hacia la total aniquilación. No hay nada que ustedes puedan hacer para detenerlo. 

No soy un alarmista. No tengo miedo, no estoy interesado en salvar el mundo. La humanidad está condenada de todas formas. 

Todo lo que digo es que la paz que están buscando ya está dentro de ustedes, en el funcionamiento armonioso del cuerpo.
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