La transformación mitológica.

Un mito es una organización imaginada real que incapacita a un cuerpo humano en alguna de las partes extensas e intensas que este contiene, para reorganizar las experiencias e ideas en un nuevo orden más preciso para la comunicación actual.
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Mitos modernos.

Mitos y leyendas del mundo ideal.

Los mitos se dicen que existían antiguamente pero no hoy, en cambio con el reciente fallecimiento del filósofo Gustavo Bueno se ha vuelto un tema muy actual, el filósofo que agrandó su fama por crear un sistema capaz de desentrañar el mito, creó esa maquinaria a la que llamó materialismo filosófico que permite averiguar que planos conceptuales atraviesan una organización de saberes, y cuales organizaciones de saberes no están atravesadas por conceptos suficientes, y por tanto son "sin-saberes", estos últimos, son mitos



Decía el escritor riojano que la cultura es el gran mito de nuestro tiempo, que no existe tal cosa como una cultura, y que esta solo es un escombro medieval de lo que antes se denominaba "la gracia de Dios", y era la razón por la cual los hombres se unían en pequeños pueblos para convivir bajo la mirada del cura, que atraía la susodicha gracia a todos los hombres que en el pueblo vivían. Sostiene Bueno, que esta organización cultural es el mito de nuestro tiempo, y que creer que nuestra cultura nos ayudará en algo a las personas que de ella nacemos es igual a creer que Dios es un señor con bigote que manda como Neptuno sobre las aguas, en los hombres y todas las cosas.

Dígase que Bueno dejó claro, en su libro "El mito de la cultura" que no sería fácil librarse de este mito, y que en el mejor de los casos no pasarían menos de quinientos años hasta dejarlo como el polvo bajo nuestros zapatos, mientras, bien podemos darle un repaso a los grandes mitos de la humanidad desde que la conocemos.

Siendo el primer rompedor del mito, Parménides, el filósofo griego nacido en el año 530 a.c, expuso a través de la vía de la verdad un concepto para romper los mitos de su tiempo, este era el concepto de "ser" o "ente", una substancia ajena a la generación y la corrupción, con la que niega la posibilidad de que pueda existir la nada, y afirma que el "ser" es una cosa indestructible y perfecta, ademas de ser una cosa inmóvil y por tanto sin voluntad. A todo esto, este concepto de ser o ente de Parménides surge del conflicto que habían consolidado las diferentes especulaciones filosóficas en torno a los Dioses singulares de la existencia, ligados estos a los cuatro elementos y a las opiniones sobre estos de los mortales, por tanto, que exista un ser es la prueba de la verdad, y el fin del mito de los Dioses del Olympo. Y posibilita poder decidir por si mismos y por otros hombres, en favor de la democracia directa que impera en Grecia.

Quizá el segundo gran rompedor del mito sea Jesús de Nazaret, nació este en una de las épocas más convulsas de la humanidad, y por supuesto su nacimiento fue el que marca la linea del tiempo occidental, así nació en el minuto cero, del mes cero en el año cero, en su tiempo y ciudad las leyes Judaicas eran la ley del estado, gobernado por el imperio romano - conquistado recientemente - que aceptaba en mayor medida que otros imperios las religiones y percepciones de los pueblos que conquistaban (pues los romanos eran estoicos y la religión de cada uno - como Marco Aurelio - era una doctrina privada e individual). En cualquier caso la población más necesitada de su tiempo no tenía que comer ni que vestir, no era de extrañar que doscientos años antes pasase por allí Alejandro Magno, que fue el último griego que conquistó y explicó el mundo desde la perspectiva de la verdad del hombre (heredero de Parménides, Socrates, Platón y Aristóteles) y mientras, esa tierra no había padecido sino de guerras y hambrunas, para que ya en el tiempo de Jesús fuera muy común encontrar a los más desfavorecidos contagiados de innumerables brotes psicóticos, en estados que hoy en día no seríamos capaces de contrastar, y que como los neurólogos de hoy aceptan, podrían entrar en estados de inmovilización muy cercanos a la muerte por una irritación de los núcleos y la corteza de las vías dopaminérgicas y norepinefrínicas - las principalmente afectadas por ataques psicóticos continuados -  sumado al hecho de que cada individuo creía en cosas totalmente anárquicas con las de sus cohabitantes, unos en dioses de cada elemento, otros en demonios surgidos de las imaginaciones de sufrientes de aquí y de allá, y los más aventajados, los pertenecientes a las capas más altas de la sociedad, creían en un solo Dios - concepto muy novedoso en esta época - que era producto del saber difuminado de los Griegos desde Parménides a Aristóteles.

Siendo los Neoplatónicos y los judíos solo dos pueblos de los tantos que organizaron los saberes antiguos en la forma de un solo Dios, estos aceptaban la capacidad del ser de Parménides, pero no la voluntad humana de los griegos de entonces. La labor anti mitológica de Jesús se hizo a través del milagro (no es de extrañar que el el tiempo donde el hombre es una marioneta de los dioses, quien utilizando su poder salve a otros hombres, es profeta y poseedor de la verdad aunque no pueda explicarla) que era entonces la única forma de contrastación de las hipótesis, y en este caso, los moribundos psicóticos, inmersos en mundos anárquicos y demoníacos, y con irritaciones neuronales y brotes psicóticos continuados, alcanzaban cierta lucidez tras escuchar la visión del mundo que Jesús les traía, que era una visión del mundo benigna, alegre y contemplativa, y estos curaban, o resucitaban según la gravedad. De esta forma Jesús rompió los mitos de su tiempo, y creó y compartió una realidad del mundo suficiente para aliviar la carga mitológica (su doctrina también era revolucionaria del orden social, pero eso ya es otro tema que se tratará en otro momento).

Otro espacio para el rompimiento del mito, fue en realidad romper el mito del Dios monoteísta a través de su nacimiento en los profetas del siglo cero en adelante, que a su vez tenía su origen en la organización de los Griegos; el primer filósofo que desdibujo este mito fue Averroes al que posteriormente siguió Spinoza, en la misma linea argumental, que en su libro "Ética demostrada según el orden geométrico" demuestra por el método deductivo more gemométrico que la razón Griega es externa a la metafísica, y que lo comunmente denominado Dios es una herramienta racional para uso de los hombres en su beneficio cognoscitivo. El libro de Spinoza es un museo de las creencias delirantes que se siguieron de determinados enunciados, haciendo caso a los afectos de los hombres más que a los conceptos, creándose así mitos que volvían a la realidad de estos muy vaga e irreal. Por supuesto no fue entendido en su tiempo, incluso tampoco es entendido hoy para algunos religiosos modernos.

La misma historia mitológica, pero de una duración exprés y moderna, surge en el momento en que Fichte y Hegel rompen el mito de la realidad como causa de un ente indefinible, y lo definen como realidad compartida de los hombres entre sí, es decir, de la cultura de los hombres para sí mismos, crean un clima de dominio del hombre sobre la naturaleza que acaba por volverse mito, y posteriormente son Nietzsche y Deleuze quienes rompen el último mito creado de aceptar la sociedad los planteamientos de Hegel, y las generalidades de la filosofía europea occidental. Este mito último es muy cercano y conocido, es característico en el mito conseguir una cultura grupal cerrada y perfecta, creada por hombres que se hacen más perfectos conforme esta cultura del hombre los agranda, llegado un punto que, unas ideas delirantes atrapan más a unos grupos culturales que a otros, y entonces son unos los que abogan por ir hacía la perfección del grupo, y los otros, hacia la perfección de los individuos (esta historia reciente es la de las dos guerras mundiales de nuestro planeta), los dos grupos son absorbidos por ideas delirantes contrarias, y los pensamientos se encapsulan y se vuelven ideales en un sentido mitológico y religioso. Entonces Deleuze hace múltiples las diferencias ontológicas que Heidegger defendió años antes - cuando fue elegido rector de la universidad de Berlín por Hitler - y expresa que la diferenciación del ser del mismo ente - se diferencia del hombre como objeto o de la cosa como objeto frente a eso en "sí" -  no es una cosa posible, pues nada existe sin producirse un cambio conceptual, y todo cuanto podemos dar existencia - para Deleuze - es solo por causa de los cambios sufridos por comparar a los conceptos - los objetos o entes - entre sí. He aquí al último gran rompedor de mitos, Deleuze, quién rompió el mito del ser en Heidegger y del "yo" en Freud, hay que caer en el problema de su tiempo, que es un tiempo muy próximo al nuestro, un tiempo en el que los individuos estaban cegados por un "ser" que si acaso solo los grandes pensadores estaban preparados para ver, y los hacia enfrentarse unos a otros, mientras, la novela del siglo XX evidenciaba el juego de lo múltiple, de los afectos, sentimientos, diferenciaciones conceptuales múltiples, y la industria comenzaba a produccir objetos diferenciados, en palabras de Heidegger: "entes cada vez más oscuros en su ser", estos son los distintos objetos construidos de formas y colores diferentes. Como se ve, el mito del ser único de un siglo atrás, ahora se ve claro, pero, ¿cuál será el mito de nuestro tiempo?

Gustavo Bueno expone como se dijo arriba, que el mito de nuestro tiempo es el mito de la cultura, que aún - y según él por varios siglos más - prevalece en la imaginación de los individuos desde la idealización de Hegel y Fichte, para conocer más a fondo su tesis solo hay que leer su libro "el mito de la cultura". Pero, quizá sea posible dar una definición de mito, que para mí es la siguiente:

Un mito es una organización imaginada real que incapacita a un cuerpo humano en alguna de las partes extensas e intensas que este contiene, para reorganizar las experiencias e ideas en un nuevo orden más preciso para la comunicación actual.

De aquí se sigue que todo lo que digamos puede convertirse en mito, igual que ya pasó con los grandes rompe mitos de la historia, y por tanto, es obvia la imposibilidad de la muerte de la filosofía, y más aún, de la literatura filosófica. Pues si los mitos no se rompen, ¿donde llegarán las ideas delirantes en un mundo globalizado?.
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