Aprender a saber y a ser culto.

La cultura y los saberes asociados a ella, no son algo terminado, este proceso constituye a el individuo en la sociedad y en sí mismo.
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Aprender de cultura.
Aprendiendo de la cultura para hacer cultura.


Día a día las personas dialogan sobre la importancia de la cultura, claramente aceptado, al hecho de tener cultura se le otorga gran valor, es crucial. Actúa en muchos casos a favor y pocos en contra, miren a quien tiene cultura sabe y conoce, y lo verán por encima del resto,  aquí estarán de acuerdo, ya saben, esto es algo importante para crecer personalmente, muy lógico y a poco que observen ven personas cultas desenvolverse con dominio. También hay pensadores que no pretenden esto, pueden tomar a Deleuze como ejemplo; en una ocasión Claire Parnet preguntó al filósofo (en el abecedario) la razón por que este afirmaba no ser culto, a lo que Deleuze respondió con algo sencillo, "lo que quiero decir es que no tengo ningún saber de reserva".

La cultura nos parece algo terminado, es importante tener esto en cuenta, es algo terminado y hermético, quiero decir que es difícil alcanzar saberes externos a esa cultura si uno se encuentra muy inmerso en ella. Se podría pensar en las antiguas culturas maya o egipcia, cuan difícil es conocer sus símbolos para un occidental, bien, pero esto queda muy lejos, si te acercas más podrás diferenciar muy fácilmente la cultura subterránea, la del gueto, de esos grupos que viven en chabolas a las afueras de la ciudad, y la cultura de clase alta, ellos viven en grandes casas en el centro de la ciudad. Hay dos subculturas con dos grupos de saberes, regulados por formas y códigos para su uso y utilidad. Bien, aquí todo el mundo sabe y seguro recordaran películas en las que individuos de culturas separadas intercambian sus cuerpos (como Ponte en mi lugar y Este cuerpo no es el mio). En estas películas siempre hay algo chocante, procesos de culturalización incomprendidos, el guión es muy simple, dos personas alejadas culturalmente intercambian sus cuerpos, uno de ellos un ladrón y la muchacha una quinceañera sexy, tras el cambio, al principio ambos utilizan sus saberes aún en el estadio de cultura anterior, e irremediablemente (no queda otra) los saberes se amoldan a la nueva subcultura. Estos filmes no dan para mucho más.

Si comprendemos el movimiento, hay que salir de la cultura para volver a entrar a la cultura, realizar un proceso de desterritorialización para volver a territorializar algún otro espacio.
¿Y aquí que se gana?, se podría pensar que es mucho más cómodo acomodarse en una cultura, con sus saberes bien formados y sujetos, pero encontramos grandes pensadores cuya filosofía de vida se rige por escapar a la cultura. Como Deleuze, su diversión son los encuentros entre culturas, su angustia encarcelarse en una cultura. El habla de los encuentros entre saberes dentro de determinadas culturas, el no pertenecer a ninguna cultura, o devenir imperceptible refleja conseguir un bagaje de saberes no incluidos en una formación cultural, experiencia que abre posibilidades de más encuentros.

De otro modo pueden acomodarse formas culturales por atributos específicos, como gastronomía y filosofía, Michel Onfray fue quien primero trabajó en este contenido, les sugiero ver este video: cata de ideas, donde Luis Diego Fernadez asocia sabores y filósofos

En conclusión. Seguro que les gustaría -como a aquel observador del futuro- convertirse en personas sabias y cultas, o seguramente no mucha gente despreciaría estos atributos, pues ya que estas son capacidades difíciles de conseguir, por la misma razón son muy valiosas. Cultura y saber se comunican, y también se estorban. 
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